ICH: un descendiente de El Eternauta, nacido 500 años atrás

30 de agosto, 2015 | 13.19

Los que tenemos más de treinta años somos testigos de este cambio: de "Día de la Raza" a "Día de la diversidad cultural"; aquello que en 1492 se intentó llamar "encuentro de culturas" hoy se califica llanamente como genocidio. La historia no puede cambiarse pero puede reescribirse. ICH, el bellísimo tomo de historietas con dibujos de Ariel Olivetti y guión de Luciano Saracino que acaba de editar Utopía Editorial reescribe la historia de la conquista española con el formato del comic de superhéroes.

Un superhéroe vale lo que vale su máscara y su superpoder. Ich es un nativo de la Amazonia incaica que lleva un conjunto de máscaras en su bolsa. Cada máscara le sirve para convertirse en eso que la máscara representa: un oso, un águila, una langosta gigante... Todo gran poder supone una gran responsabilidad, y por eso Ich decide enfrentar a sus enemigos, los conquistadores españoles, en una lucha en la sabe que no va a salir con vida.

Luciano Saracino es un guionista todo terreno. Escribió novelas, tiras diarias, novelas gráficas, guiones para cine y televisión. Todavía se recuerda su retrato de H. G. Oesterheld en la miniserie "Germán últimas viñetas". Al modo de El Eternauta, Ich es la historia de la resistencia contra un invasor que ya ha vencido. En algún momento de la historia, una hechicera canta "Minio, Athesa, Eioioio", la melodía que los invasores cantaban para endulzar la espera de la muerte. Ich es la historia de una derrota, esa especialidad de la historieta oesterheldiana. El enemigo es un misionero con los rasgos de Alfredo Astiz, el represor apodado "el ángel rubio" que delató y llevó a la muerte a las monjas francesas. El propio demonio con rostro de querubín. El pasado y el presente se entretejen.

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La recopilación de las aventuras de Ich (que anteriormente fueron publicadas en el suplemento de historietas de Telam) fue presentado la semana anterior en Crack Bang Boom, el encuentro internacional de comics de Rosario. El álbum se agotó en pocas horas. Parte del mérito es de los dibujos de Ariel Olivetti, un argentino que a esta altura de su vida ya dibujó a la Liga de la Justicia y a los Vengadores, a Punisher y a Cable. No hay un solo cuadro de este libro que no sea bello. El estilo pictórico de Olivetti da peso corporal y densidad a cada personaje, real o imaginario. Ich se está convirtiendo en un éxito instantáneo y actualmente se está realizando una versión animada para el cine,

La novelista mendocina Liliana Bodoc se propuso, hace algunos años, una tarea parecida: contar la historia americana en clave fantástica. Sus dos sagas de novelas ("La saga de los confines" y "Memorias impuras") son fantasías reparatorias: sus revolucionarios son poetas y la transformación de la realidad se realiza ya no mediante la historia, sino a través de la poesía. Ich retoma este desafío. Pasaron 500 años en los que este continente perdió hasta su nombre. La respuesta es contar para no perecer: quizás no haya más esperanza que aquella que se encuentra en las historias bien escritas.