El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Neuquén condenó a 14 funcionarios del Servicio Penitenciario Federal (SPF) por haber torturado hasta la muerte en 2008 al detenido llamado Argentino Pelozo Iturri en la Unidad 9 y por haber encubierto el crimen. El fallo es histórico, porque determinó la pena perpetua para ocho penitenciarios en un caso de asesinato intramuros. El fallo muestra cómo fue el crimen, cuáles fueron los mecanismos habituales de encubrimiento y cómo los médicos
El Tribunal condenó a prisión perpetua a los agentes Carlos Alberto Vergara, Orlando Horacio John, Pablo Ángel Muñiz, Javier Félix Pelliza, Pablo David Sepúlveda, Daniel Ulises Romero, José Lorenzo Retamal y José Walter Quintana, por considerarlos coautores del delito de imposición de torturas seguido de muerte y dispuso la inmediata detención de los nombrados por temor a fugas.
A Héctor Oscar Ledesma, ex jefe de la U9, le impuso una pena de 6 años y 6 meses de prisión; a José Roberto Sosa, ex subjefe de la unidad, 6 años de prisión; y a Daniel Ricardo Huenul, ex jefe de seguridad externa e interna, 7 años de prisión, por los delitos de omisión de evitar la comisión de aplicación de torturas y falsedad ideológica calificado por la calidad de ser funcionarios públicos.
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Al médico de la Unidad, Juan Carlos Heredia, le impuso cuatro años de prisión e inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión de médico por doble tiempo del de la condena, y al enfermero Miguel Ángel Carrilao, 3 años y 6 meses de prisión. Ambos por el delito de omisión de denunciar doblemente calificado por la índole del delito ocultado y por tratarse de funcionarios públicos.
Al ex Jefe Regional Gabriel Eduardo Grobli le impuso la pena de 6 años de prisión por los delitos de encubrimiento doblemente agravado por la gravedad del ilícito y por la calidad de funcionario público; omisión de denunciar la comisión del delito de aplicación de torturas y omisión de un acto propio de su oficio, en calidad de autor.
El tribunal que decidió la condena está integrado por los jueces Marcelo W. Grosso, Orlando A. Coscia y Alejandro A. Silva.
En la condena el juez además advierte que un preso, que era un testigo clave en la causa, murió de forma "poco clara". “Hay otra cuestión, referida al testimonio que brindaron en esta causa, los testigos que a ese momento estaban privados de su libertad. Existen, para mí, varias circunstancias que nos hablan de la credibilidad de esos testigos. Ya de por sí, para ellos, el haber declarado en el debate, les ha generado diferentes consecuencias negativas al volver a sus lugares de encierro. Ni que hablar del testigo ABELLA, quien fue quizás la persona que más datos pudo aportar, quien luego de ingresar al sistema de protección de testigos y ser retirado del mismo, muriera en circunstancias trágicas y poco claras”, sostuvieron.
Cómo fue el ataque:
En uno de los párrafos de la condena, el fiscal general Miguel Palazzani desarrolla la tortura hasta la muerte: "Siendo aproximadamente las 10:55 horas, tres empleados penitenciarios entre los que se encuentran los imputados Carlos Vergara y José Walter Quintana, ingresaron a la celda nº 1 del Pabellón 10 de Aislamiento…donde se encontraba alojado el interno nombrado y lo golpearon durante un lapso que habría durado de 5 a 20 minutos…”.
"Debido a la reacción del interno y las consecuencias de dicha golpiza, fue retirado de la celda en dirección al Servicio de Atención Médica (SAM) adonde fue trasladado por la fuerza por un grupo de agentes penitenciarios entre los que se identificó a Orlando John, Ángel Pablo Muñiz, José Walter Quintana, Javier Pelliza, Pablo Sepúlveda, José Retamal y Daniel Romero. En el trayecto arrastraron a la víctima y lo golpearon con bastones hasta producirle un desvanecimiento, ocasión en la que cayó por una escalera de cuatro escalones quedando tirado en el piso. Acto seguido los agentes mencionados –entre otros no identificadoslo habrían tomado de pies y brazos, ingresándolo en este estado a la enfermería…Una vez allí en la enfermería y frente a una reacción del interno, fue nuevamente golpeado con palos reglamentarios, puños y patadas, la primera de ellas en la barbilla que le produjo el sangrado de nariz y boca. Seguidamente los agentes indicados apretaron a Pelozo contra el piso, presionando su pecho e impidiéndole respirar. A consecuencia de estas agresiones la víctima sufrió distintas lesiones, excoriaciones, traumatismo nasal y equimosis, entrando en paro cardio respiratorio dentro de la enfermería que no pudo ser revertido".