Luego de varios días de negociaciones, Grecia y la Unión Europea llegaron a un acuerdo "unánime" para avanzar hacia la firma definitiva de un nuevo plan de rescate. De esta forma, Atenas aceptaría las condiciones de los acreedores europeos y se concretaría el giro de 50.000 millones de euros en los próximos tres años a cambio de un fuerte programa de ajuste.
La principal novedad del acuerdo difundido durante la madrugada argentina fue que el gobierno griego está dispuesto a ceder en los pedidos del Eurogrupo. La lista está encabezada por la conformación de un fondo de privatizaciones gestionado por Atenas pero supervisado por la Unión Europea, y tiene también un endurecimiento del sistema de pensiones y de las leyes laborales.