Transportista Gas del Sur (TGS), la mayor del país y responsable del 59,5% del gas consumido a nivel nacional (datos de 2018), es controlada por CIESA, sociedad cuyo capital social pertenece en un 50% a Pampa Energía (Mindlin), repartiéndose el restante porcentaje entre los grupos económicos de las familias Sielecki y Werthein. En 2016, registró una utilidad integral (ganancias) por 930 millones de pesos. En 2017, saltó a 5.721 millones y en 2018 pasó a 11.415 millones. Pues bien, de lo ganado el año pasado, un 62% (7.182 millones) fue destinado al pago de dividendos a sus accionistas y miembros del directorio.
En su comunicado a la Comisión Nacional de Valores (CNV) del 11 de abril, se lee (subrayado es nuestro): "… el Directorio de TGS aprobó en su reunión del día de la fecha poner a disposición de los señores accionistas, a partir del 23 de abril de 2019 dividendos en efectivo por la suma de: (a) $6.942.000.000, que fueran aprobados por la Asamblea; y (b) $240.500.000, por la desafectación parcial de la Reserva; totalizando ambos pagos un dividendo en efectivo de $7.182.500.000".
Al contextualizar con las ganancias anuales los 7.182 millones de pesos de distribución de dividendos (168 millones de dólares a la cotización de entonces), se observa que respecto de 2018 equivalieron a un 62% (de la totalidad de la utilidad integral), mientras que un 108% superiores a todo lo ganado en 2016 y 2017.
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En dólares, la distribución de dividendos implicó un 42% de las ganancias de 2018. Y ya que hablamos de "dólares", cabe señalar que la comunicación a la CNV de la empresa con la decisión de repartir dividendos, como se dijo, es del 11 de abril, definiendo allí la disponibilidad de los mismos a partir del 23 del mismo mes. ¿Qué particularidad tuvieron aquellas fechas? Recordemos el movimiento de la cotización del dólar. El 5 de abril se alcanzó el máximo (43,9) de la mini megadevaluación que venía del 15 de marzo (39,9). Pero, además, del 5 al 17 retrocedió fuertemente, ubicándose en 41,8 al 19 de abril. A partir de allí, vendría un nuevo ascenso, que terminó en el máximo histórico de 45,8 el 26 de abril. ¿Casualidad que el reparto haya coincidido no solamente con la fuerte reducción en el tipo de cambio sino con la previa a aquella exponencial disparada?