El partido de Evo Morales, el Movimiento Al Socialismo (MAS), desarrollará este sábado un importante congreso partidario en el departamento de Cochabamba, considerado el kilómetro cero de la organización porque ahí comenzó su carrera sindical como dirigente gremial cocalero el hoy Jefe de Estado exiliado de forma forzosa en México. Precisamente, desde tierra azteca, donde vive una cotidianidad extraña, escoltado de forma permanente en un barrio militar y siguiendo una rutina estricta de ejercicios físicos y contacto vía Skype con las organizaciones sociales, Morales oficializó ayer jueves en la red social twitter lo significativo de la convocatoria mencionada: “El día sábado 7 de diciembre en la ciudad de Cochabamba se realizará el gran Ampliado del MAS-IPSP, donde delegados y delegadas de todo el país evaluarán y se prepararán para las próximas elecciones nacionales y así dar continuidad a nuestra Revolución Democrática y Cultural”.
Corridos de la oferta electoral por el gobierno de facto de Jeanine Áñez –en la convocatoria a las urnas diagramadas en principio para marzo la ex Senadora de Beni prohibió la reelección para cargos ejecutivos- Evo Morales y Álvaro García Linera comenzaron a dialogar con su partido desde México cómo salir de dicha encerrona. En principio, hasta hace unos días atrás la fórmula de relevo consensuada iba a ser conformada por Andrónico Rodríguez y Adriana Salvatierra. Tenía su lógica, el joven politólogo Rodríguez es el segundo de Evo en la estructura sindical de las denominadas Seis Federaciones de Cocaleros del Trópico. Por su parte, la también juvenil Adriana Salvatierra fue presidenta del Senado y era la segunda en la línea de sucesión presidencial hasta antes del derrocamiento. Pero, al parecer, tanto el dirigente cocalero Andrónico Rodríguez como la aguerrida parlamentaria Salvatierra poseen un perfil poco atractivo para que el MAS pueda congraciarse con los sectores medios urbanos, un nicho social donde el evismo necesita crecer para ampliar su base electoral.
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Uno de los posibles nuevos frontman electoral del MAS dará una conferencia hoy a la tarde en el Centro Cultural de la Cooperación de Buenos Aires junto a investigadores académicos y analistas regionales como la argentina Paula Klachko o el boliviano Katu Arkonada. Se trata de Diego Parcy, quien fuera jefe de las relaciones exteriores del Palacio Quemado hasta antes del putsch encabezado por el empresario gasífero y supremacista blanco Luis Camacho. Otro de los posibles dirigentes con posibilidad de ocupar el vértice en la boleta del MAS es una persona que también estuvo a cargo de la Cancillería boliviana, el experimentado David Choquehuanca, artífice del protagonismo asumido por La Paz en eventos multilaterales significativos como la Cumbre Mundial del Clima.
El póker de hipótesis electorales se completa con otros dos competidores para ocupar ese sitial: el ex embajador ante la OEA Jorge Alberto Gonzáles, además de principal puente con la numerosa comunidad boliviana en Argentina, –quien paradójicamente había construido un buen diálogo con Luis Almagro hasta que el uruguayo decidió jugar un papel injerencista-, y Luis Arce, quien fue ministro de Economía durante los catorce años de gestión de Evo salvo un período de licencia que se tomó por enfermedad. Arce es el Kiciloff de Morales, el hombre que diseñó un modelo de desarrollo que colocó a Bolivia como la nación que más creció en los últimos años a nivel regional, un dato que suelen mencionar en sus informes organismos de diferente perfil como la CEPAL y el FMI.
El periodista argentino que más conoce a Evo Morales, el también escritor Martín Sivak, autor de la biografía autorizada “Jefazo”, comentó en la entrevista que le realizó a Morales en México los motivos que impulsan la jugada electoral del MAS: “los nombres con mayores posibilidades de integrar la fórmula presidencial del MAS son: David Choquehuanca, canciller durante once años y de gran ascendencia en la población aymara del altiplano; el pedagogo quechua Diego Pary, último canciller de Morales; el ex ministro de Economía, Luis Arce, identificado como el mayor responsable del boom del ‘milagro boliviano’; José Alberto “El Gringo” Gonzáles, último embajador en la OEA, ex presidente del Senado y ex cónsul en Buenos Aires. Si la estrategia inicial apuntaba a una candidatura para consolidar el núcleo más duro, en las últimas horas crecieron las chances de un candidato que pueda interpelar a los sectores medios urbanos y que tenga mayores chances de ganar en una hipotética segunda vuelta”.