Luego de la sesión fallida para aprobar la reforma previsional en el Congreso, Gendarmería salió a reprimir y a arrestar manifestantes. Volvieron a agredir a diputados nacionales, que intentaron mediar. Hasta el momento, se registran 22 detenidos.
Los agentes, que responden a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, detuvieron a personas en situación de calle y le tiraron gas pimienta al legislador nacional Horacio Pietragalla, del FPV-PJ, quien trató de calmar la violencia de los funcionarios.
Las fuerzas de seguridad desplegaron en forma íntegra un operativo conformado por fuerzas de choque desde el inicio, sin ninguna brigada de prevención en los alrededores del Congreso para dialogar con los manifestantes.
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Al igual que en la Cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC), hubo un Comando Unificado conducido por Nación, en este caso con la ministra Bullrich y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, que coordinaron el operativo para sumar -si lo consideraban necesario- a las distintas fuerzas de seguridad federal y de la Capital.
Fuentes policiales informaron a NA que en este caso estuvieron Policía Federal, Gendarmería Nacional, Prefectura Naval y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), mientras que Policía de la Ciudad brindó apoyo en una zona más alejada al Congreso por una cuestión de jurisdicción.
Para reprimir a los manifestantes se usaron postas de goma lanzadas con escopetas y gases lacrimógenos. También arrojaron agua desde los camiones hidrantes: primero era de color azul -se usa una tinta especial-, pero después cambió al color amarillo, porque "estaba mezclada con gas pimienta", que en contacto con las personas provoca ardor e inflamación no letal en ojos, nariz, boca y pulmones.
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