El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, salió a intentar desmentir al candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, al aclarar que el endeudamiento generado por el Gobierno no financió la fuga de capitales. Sin embargo, los datos no dejan bien parado al funcionario nacional.
"No hay asociación entre el crédito y la fuga. El 90% de los desembolsos se usaron para pagar deuda, mayormente con acreedores privados. La deuda es consecuencia del déficit", afirmó el ministro en respuesta a Fernández, que había indicado que el 80% de los envíos del FMI se utilizaron para financiar la salida de capitales.
La realidad marca que el grueso de los vencimientos cancelados, lejos de reinvertirse o pasarse a otros activos argentinos, huyeron del país. De los U$S 112.076 millones que creció el stock de deuda pública entre diciembre de 2015 y junio de 2019, U$S 107.525 millones fue en moneda extranjera, y se concentró entre acreedores privados y organismos internacionales. Es decir, que para financiar gastos en pesos se apeló a emisiones en moneda estadounidense.
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De acuerdo al portal Bae Negocios, la formación de activos externos acumuló alrededor de U$S 80.000 millones durante la actual gestión, lo cual explica el grueso de los U$S 107.525 millones emitidos.
A su vez, Lacunza buscó rebatir la idea de que, tras la última devaluación, el stock de pasivos se ubica en torno al 100% del PBI, como planteó Fernández en el debate y como mostraron cálculos como el de la Fundación Germán Abdala. Para Hacienda, el actual ratio deuda/producto es del 68% de acuerdo a la "medición tradicional" y 74% según el "alternativo".
La diferencia se explica porque el ministro no tomó el tamaño actual de la economía, que licuó su valor en dólares tras la devaluación. "Creemos que hay que tomar el PBI en dólares promedio móvil de los últimos cuatro trimestres", agregó.