El ala radical que encabeza Ricardo Alfonsín repudió el documento del Comité Nacional de la UCR, cuyo presidente es Alfredo Cornejo. Allí se cuestionaba la presencia de Evo Morales como refugiado en Argentina, y denunciaron que no puede hacer actos políticos en nuestro país.
Con el título "doctrina para que nos entiendan, conducta para que nos crean", Alfonsín, Federico Storani, Jorge Sappia, Juan Manuel Casella y una larga lista de dirigentes radicales remarcaron que "en Bolivia se produjo golpe de estado, que una vez consumado, produjo masacres sobre la población".
Respecto a Evo Morales, advirtieron que "fue depuesto ilegítimamente" y reafirmaron que "la tradición de la UCR es el amparo a los perseguidos, por lo tanto, debe ser protegido y ayudado por nuestro país", lo que ocurrió una vez asumido Alberto Fernández, ya que antes se refugió en México.
Por eso, sostuvieron que "el camino correcto debe ser el restablecimiento de la plena vigencia democrática a través de elecciones limpias, libres y transparentes para terminar con un gobierno usurpador que somete a nuestro pueblo hermano".
Este documento respondió a otro del Comité Nacional de la UCR llamado "¿Podemos seguir 'refugiando' a Evo Morales?". En el texto, detallaron que el líder del MAS está "amparado por el Poder Ejecutivo y, al parecer, con una sola condición: `No hacer declaraciones políticas´".
En esa línea, advirtieron que "Morales hizo todo lo contrario" a lo estipulado ya que "visitó la quinta presidencial de Olivos, concedió todo tipo de reportajes a diferentes medios de comunicación y participó de actos políticos". Incluso, destacaron que el dirigente planteó "que hay que `organizar como en Venezuela, milicias armadas del pueblo´".
Las críticas llegaron luego de que el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, aclarara que "el refugiado tiene los mismos derechos que un ciudadano argentino, con lo cual tiene libertad de expresión, de declarar, de pensar y decir lo que quiera. Nosotros no le vamos a restringir sus libertades".
Pese a ello, para los radicales comandados por Cornejo, las declaraciones de Evo "atentan contra la paz y la democracia del país vecino, que está en pleno proceso de normalización de sus instituciones. Las amenazas de su ex mandatario no ayudan en nada a los bolivianos".
El golpe de Estado en Bolivia se concretó el 10 de noviembre del año pasado, después de varios días de protestas contra Morales, a quien se acusó de fraude electoral en los comicios desarrollados en octubre, cuando consiguió ser reelecto. Tras el derrocamiento, Jeanine Áñez se autoproclamó presidenta y Evo se refugió en México para llegar a la Argentina el 12 de diciembre, con Alberto Fernández como jefe de Estado.