Mario Regueiro supo ser figura del fútbol argentino y en los primeros años de la década de 2010 le demostró a los hinchas de la actual Superliga que sus condiciones fueron aptas para triunfar. No por nada supo desempeñarse en Lanús y Racing Club, siendo principal protagonista de los partidos más destacados. Sin embargo, el uruguayo cayó en una profunda depresión por diferentes problemas personales y luego decidió retirarse. ¿Ahora cuál es su cable a tierra? Maneja una juguetería familiar, junto a sus seres queridos.
El dueño de "Toy Feliz" (ese es el nombre que decidieron utilizar para el negocio) dialogó con Olé y manifestó detalles de su nuevo estilo de vida: "Por suerte, al estar sólo mi señora y yo, nos podemos ir relevando y cuando estamos los dos aprovechamos y tomamos unos mates. Aunque, eso sí, hace días, con las Fiestas, como que no dábamos abasto para atender a los clientes. Era un proyecto que siempre tuvo mi esposa y que por cuestiones de mi carrera, los tiempo y demás, nunca lo había podido concretar. Y, bueno, cuando me retiré y me recuperé de mi enfermedad, nos pusimos a estudiar la zona y vimos que faltaba un lugar así. Así que aprovechamos y abrimos frente a una escuela".
"Con el nombre ("Toy Feliz") le pego, porque yo siempre fui muy simpático, ja. Siempre llamó la atención mi sonrisa. Incluso, hoy, los que me piden fotos y demás, les llama la atención mi manera de sonreír", agregó Regueiro, que también se refirió a la profunda depresión en la cual estuvo inmerso durante dos años y medio.
Regueiro sufrió la trágica muerte de una de sus hijas y el suicidio de su hermana cuando se desempeñaba como jugador de Racing
Brindando detalles de aquel suceso, hoy a la distancia y ya recuperado, Mario reconoció: "No tenía ganas de salir a la calle, me quería encerrar, tirarme a la cama y ni ver a mi mujer ni a mis hijos. Para mí no fue tan duro, porque, claro, estaba enfermo y no me daba cuenta, pero los que estaban a mi alrededor la padecieron".