El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, debió acelerar la renegociación de la deuda provincial por la intransigencia de uno de los acreedores, que se negó a adherir al aplazamiento del cobro del bono BP21. Anunció hoy el giro de la totalidad del vencimiento del título y el inicio formal de la reestructuración.
Junto al ministro de Hacienda local, Pablo López, Kicillof en rueda de prensa explicó que, luego de varias semanas de diálogo, consiguieron el apoyo de más del 50% de los tenedores de este bono sub-soberano, por debajo del umbral del 75% obligatorio para hacer compulsiva una modificación para el resto. Escasas horas antes de que cierre la fecha límite que había puesto la Provincia para los avales, Fidelity les bloqueó la posibilidad de conseguirlo.
Por esto, Kicillof determinó abonar la totalidad del vencimiento con recursos propios, con lo que esquivó airosamente el default, y comenzar las discusiones sobre el pasivo en moneda extranjera. El siguiente bono en dólares recién debe pagarlo en mayo, por lo que cuenta con un plazo moderado antes de volver a ser acosado por el fantasma de la cesación de pagos.
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El segundo fondo más grande del mundo
Fidelity ostenta poco menos del 20% de los papeles emitidos en 2011, lo que le otorga una suerte de llave con la que trabó e hizo imposible para el gobierno conseguir los números necesarios. “Ofrecían el 100% de los pagos, lo que es inaceptable”, aclaró Kicillof sobre la contrapropuesta que lanzó la sociedad especulativa frente la idea de Buenos Aires de entregar el 30%.
“Cuando nos enteramos que este fondo quizás buscara una situación de desorden, el 26 extendimos el plazo y tomamos algunas medidas”, apuntó. El Destape había revelado justamente que desde la Provincia entendían que Fidelity buscaba que se declare el default local para poder presionar de forma más dura al ministro de Economía nacional, Martín Guzmán.
En solo dos de los fondos que la compañía les ofrece a sus clientes y que cuentan con BP21, la presencia de bonos soberanos es cuatro veces mayor, lo que abona la teoría que manejaban en el entorno de Kicillof.
Fidelity es conocido como el segundo fondo más grande del mundo, luego de The Vanguard Group. Apareció en Estados Unidos en 1946, un año posterior al final de la segunda guerra mundial, y todavía es manejado por la familia fundadora. Su pata internacional administra activos por más de U$S 418.800 millones distribuidos en Asia pacífica, Europa, Medio Oriente y Sudamérica, que le pertenecen a 2,4 millones de clientes.
La deuda bonaerense
Tras la “fiesta de emisión de deuda” de María Eugenia Vidal, Buenos Aires aumentó su pasivo medido en dólares desde los U$S 9.300 millones a los U$S 11.300 millones. Si se compara en pesos, se quintuplicó gracias a las devaluaciones de Cambiemos. Del total, este año vencen $ 220.000 millones.
La reestructuración anunciada hoy por Kicillof estará en línea con la oportunamente programada por Guzmán. Tanto desde la cartera nacional como la provincial aclararon a este medio que los pasos más relevantes son dialogados previamente, para coordinar las acciones y poder apoyarse en caso de necesario.
El 31 de marzo debería terminar la negociación soberana, por lo que seguramente la bonaerense finalice después. El presidente, Alberto Fernández, consiguió el lunes que la canciller alemana, Angela Merkel, le garantizó que le pedirá al FMI que declare insolvente el préstamo más grande de la historia, que le entregaron a Mauricio Macri. Si el Fondo coincide, se allana el camino para que el resto de los bonistas acepten una propuesta más dura y, por lo tanto, que Kicillof pueda hacer lo propio.