Por Mariano Parada Lopez
Redacción El Destape
@mparadalopez
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La familia judicial no habrá tenido una cena tranquila en fin de año. La guerra declarada entre fiscales y jueces identificados con Justicia Legítima y los cercanos a la Asociación de Magistrados se observa en cada noticia que sale desde Tribunales. Entre ellas, la designación trunca de 16 nuevos fiscales en el Ministerio Público.
Uno de los nuevos procuradores es Félix Crous, hoy en la oficina de Enlace Legislativo y ex titular de la PROCUNAR, la oficina a cargo de investigar el narcotráfico a gran escala. Crous defiende las designaciones, dice que "se puede esperar cualquier cosa" de la Justicia y se suma a las denuncias de "golpismo" realizadas por Capitanich.
-¿Cómo ha tomado este fallo de la cámara que confirma la precautelar del juez Lavié Pico?
-No lo he visto, pero sí vi el de Lavié Pico y la verdad es que es un fallo de una precariedad extrema. Primero, una precautelar es menos que una cautelar; segundo, la argumentación es pobrísima, no posee los elementos más básicos que obligan a revisar lo que se impugna.
-¿Qué esperan a partir de ahora?
-Esperemos que cuando finalice la feria judicial la jueza titular retome su trabajo y resuelva en el modo que esperamos que resuelva. Esto es una intromisión de unos magistrados, no solo sobre las potestades del Poder Legislativo sino sobre la capacidad de gestión del Ministerio Público, vulgarizando una medida excepcional, como es la declaración inconstitucionalidad, que los jueces usan para neutralizar las medidas que no les gustan.
-¿Cree posible que, una vez que estén las leyes complementarias, habrá vía libre para crear las nuevas fiscalías o no?
-Del Poder Judicial se puede esperar cualquier cosa. Es un argumento falso que la designación de fiscales y el concurso estén condicionados a la sanción de una nueva ley complementaria porque la designación de esos fiscales no está exclusivamente pautada con el nuevo Código Procesal. Hay una actividad deliberada de una parte del Poder Judicial, parte poderosa, que identifica a la procuradora con el Poder Ejecutivo y trata de desautorizar todas las leyes que sanciona el Poder Legislativo. El telón de fondo es esto.
-Si usted identifica este telón de fondo, ¿haber esperado para nombrar a los nuevos fiscales no habría sido lo más prudente?
-La situación es sencilla: los cargos están creados, lo irregular es la demora.
-¿Qué piensan hacer desde el plano judicial?
-Los fiscales que estamos en desacuerdo nos hemos expresado. La Procuración seguramente seguirá litigando en defensa de sus derechos constitucionales.
-¿Cómo cree que ha actuado el Gobierno ante este conflicto entre poderes?
-Es un problema que excede al Poder Ejecutivo. Cuando un poder toma la decisión clara de ponerse como impulsor de vetos de hecho ante cada una de las potestades de otros poderes, el problema es de toda la Nación, es una situación compleja. Estamos en un sistema republicano, presidencialista, en donde el Poder Judicial tiene facultades concretas de control de constitucionalidad, pero vemos que los jueces están lanzados al infinito y lo hacen no solo mediante la declaración de inconstitucionalidad sino mediante recursos de una precariedad extrema. El Poder Ejecutivo está respirando hondo y soportando esta insurrección judicial. Veremos cómo termina esto, es peligrosísimo.
-¿Coincide entonces con el "golpismo activo" que denunció Capitanich en relación al accionar de parte del Poder Judicial y grupos económicos?
-Claro, es una versión del esquema de golpes blandos, en toda Latinoamérica estamos viendo esto. En uno u otro momento los poderes judiciales han sido actores regresivos de estos procesos. Tiene que ver con el encuadre que poseen en nuestras naciones. En la Argentina están mostrando su matriz.
-¿Cree que esta movida que empezó con un diputado de la oposición es un anticipo de una intención de querer ir luego contra Gils Carbó?
-Es antipática no solo la figura de la procuradora sino las políticas que está llevando adelante. La actual gestión tuvo una aceleración notable no solo en el volumen institucional que cobró la Procuración sino en la morfología de la institución. Se han creado temáticas de investigación, una cantidad de estructuras que no estamos inventando, (sino que) tratamos de ponernos cerca de lo que hacen en otros países de América Latina. Esto implica dos cosas: una reforma interna donde los privilegios y jerarquías del Ministerio Público están en crisis y las chances de mejorar la calidad de investigación de delitos que históricamente no son los que más ha investigado el Poder Judicial. Uno ve la estructura de Ministerio Público dedicado en serio a investigar la criminalidad económica o no solamente al que vende paco en un barrio marginal sino tratando de meterse con el narcotráfico, aun con el que tiene vínculos con los poderes judiciales. Esto es lo que más molesta.