El supuesto "móvil económico" de un aún no probado crimen del fiscal Alberto Nisman fue la clave de la presentación de la querella, liderada por la jueza Sandra Arroyo Salgado. Fue la propia magistrada quien, después de presentar el informe forense que menciona un posible asesinato, se presentó ante la fiscal Viviana Fein y le contó, en declaración testimonial, sobre la existencia de una cuenta en un banco de Estados Unidos en la que figuraba como cotitular Diego Lagomarsino, el dueño de la pistola calibre 22.
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Con el correr de las horas, además, se conocería que también estaban como dueñas de la cuenta la mamá del fiscal Sara Garfunkel y una hermana, Sandra Nisman. Y que desde esa cuenta se pagaron expensas por un terreno en Uruguay.
La fiscal Fein, que aún no ha podido conformar la Junta Médica por una presentación de la querella y además ha sido recusada por la doctora Arroyo Salgado, sigue por estas horas la pista económica. Concretamente, analiza dicha cuenta en Estados Unidos y otras tres cajas de seguridad, dos de ellas en el Banco Ciudad y la tercera en una financiera. ¿Es dinero declarado de la familia o ha surgido algo extraño?
La magistrada que está investigando la muerte de Nisman, ocurrida horas antes de presentarse en el Congreso de la Nación para argumentar su denuncia contra la Presidenta y otros altos funcionarios, aún no se inclinó por ninguna hipótesis. Para ella todavía no hay elementos que permitan dilucidar si fue un suicidio o un homicidio. No descarta nada, en contraposición con la querella que sostiene el móvil del homicidio.
Pero si hay o no delito en los movimientos económicos en cercanías del fallecido fiscal Nisman no es motivo de investigación de la doctora Fein. Lo que ella hace, en síntesis, en enviar toda la información que encuentra a la UIF que dirige José Sbatella, para que ellos sí buscan pruebas de un posible lavado, que incluiría al informático Diego Lagomarsino. Esta investigación cuenta con la intervención del juez federal Rodolfo Canicoba Corral.
Algunos allegados a la querella confiesan, en el más estricto off de record, que ellos notan una posible "venganza" de la fiscal Fein por haber sido recusada en el accionar de indagar cada vez más en los rastros del dinero de la familia. Pero, por otro lado, en los tribunales aseguran que Fein está haciendo lo correcto.