Además de los listados de equipamiento militar solicitados a Estados Unidos y revelados la semana pasada por El Destape, en donde figuraban helicópteros de ataque, aviones de caza y más de 300 tanquetas de guerra, el gobierno nacional también tramitó un particular requerimiento para la fuerza de paz binacional Cruz del Sur, que incluye el pedido de pistolas Taser, antitanques, lanzagrandas y diversos explosivos, utilizados habitualmente en combates bélicos.
El pedido formó parte de los anexos solicitados por el embajador Martín Lousteau al congresista Pete Visclosky, aunque este último anexo no figura como material a "ser adquirido", sino como un pedido de "requerimiento" para dotar a la fuerza de paz que Argentina comparte con Chile llamada Cruz del Sur, creada en 2005 por Néstor Kirchner con el objetivo de plasmar un interés binacional que conjugue un acuerdo político, diplomático y militar".
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En el peligroso listado figuran cientos de ítems: equipos de comunicación, vehículos y ambulancias, aunque también se destaca la inclusión por primera vez de armamento y municiones, llamativos para una fuerza de paz cuyos objetivos son "prevenir escaladas de violencia" y "colaborar en actividades específicas que requieran refuerzo de la seguridad de una misión en desarrollo".
Dentro del requerimiento, al que tuvo acceso El Destape, figuran unos 20 vehículos 8x8, utilizados para el transporte de tropas, comando y rescate, que cuentan con ametralladoras de 7,62 y hasta 12,7mm. Además, algunos modelos también disponen de proyectiles listos para ser disparados, habitualmente utilizados por la Guardia Nacional de Estados Unidos, el Ejército de Rusia y el de Singapur, así como también de unos 81 rifles antitanques, con munición de 84mm, utilizado en la guerra de Malvinas por el ejército Británico.
Como si esto fuera poco, el gobierno de Macri parece haber encontrado otra veta para lograr el desembarco de las pistolas Taser, al haber solicitado unas 20 armas de este tipo, cuyas descargas pueden generar hasta 19 contracciones por segundo.
Consideradas un elemento de tortura por los organismos de Derechos Humanos y por las Naciones Unidas, que en 2015 recomendó a los países europeos abandonarlas ya que son "potencialmente letales", las Taser cuentan con un peligroso prontuario: en los últimos 15 años produjeron 500 muertes solo en Estados Unidos.
Sin embargo y tras haber pedido la batalla por ingresarlas a la Ciudad hace unos años, el gobierno decidió incluirlas en el listado de equipamiento solicitado a Norteamerica para una fuerza de paz, pese a que incorporarlas iría contra el tratado de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes de Naciones Unidas al que Argentina adhirió 13 años atrás.
Además de ello, Argentina también solicitó unos 11 lanzagranadas, que cuentan con un barril de 40mm, con capacidad para seis municiones, que suelen ser compradas por las fuerzas armadas que se encuentran en conflictos bélicos, unas 1910 granadas modelo m430; mk19 y m32, utilizados por el cuerpo de Marines y el Ejército de los Estados Unidos y otros 34 explosivos C4, considerado el material bélico con mayor capacidad de explosión, apenas detrás del TNT.
El pedido fue configurado tras una reunión bilateral entre representantes de Defensa de Argentina y Estados Unidos, llevada a cabo el 13 de mayo del año pasado, donde se acordó que Norteamerica cooperaría en colaborar con la "recuperación" de las FFAA a cambio del compromiso argentino para colaborar en la última fase del proceso de pacificación de Colombia y sumarse a las misiones de paz en África.
“Argentina ya había recibido algunos sondeos de Estados Unidos respecto a la posibilidad de desplegar sus fuerzas en la República Centroafricana, pero es una situación que debe analizarse cuando llegue una propuesta formal; los militares de nuestro país son muy requeridos para estas tareas por su profesionalismo y sobre todo por su conducta ejemplar histórica”, había deslizado en aquella oportunidad el secretario de Estrategia y Asuntos Militares, Angel Tello.