En medio del golpe de Estado que conmueve a Bolivia, el presidente destituido Evo Morales, pidió a los trabajadores de la sanidad y la educación que vuelvan a prestar servicio. Hace tres semanas que ambos sectores mantienen paralizada su actividad.
A través de la red social Twitter, Morales remarcó que "por encima de posiciones políticas" tienen el deber de "cuidar" al pueblo boliviano. Además, agregó: "Ya no como presidente, sino en mi condición de ser humano, pido a los trabajadores de salud y educación volver a prestar servicios a la población, luego de tantos paros y huelgas".
Más temprano, el mandatario culpó a los golpistas opositores, Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, de ser responsables de la violencia y caos que somete al país limítrofe.
“Mesa y Camacho, discriminadores y conspiradores, pasarán a la historia como racistas y golpistas. Que asuman su responsabilidad de pacificar al país y garanticen la estabilidad política y convivencia pacífica de nuestro pueblo. El mundo y bolivianos patriotas repudian el golpe”, disparó Evo.
Asimismo, también denunció que asaltaron su casa y la de su hermana. Morales expresó: “Incendiaron domicilios, amenazaron de muerte a ministros y sus hijos y vejaron a una alcaldesa, ahora mienten y tratan de culparnos del caos y la violencia que ellos han provocado. Bolivia y el mundo son testigos del golpe”. Por otro lado, agradeció a una parte de la ciudadanía que lo apoya: “Me emocionaron hasta hacerme llorar. Nunca me abandonaron; nunca los abandonaré”.
Del mismo modo, Evo lamentó el accionar de las fuerzas de seguridad: "Después del primer día del golpe cívico-político-policial, la policía amotinada reprime con bala para provocar muertos y heridos en El Alto. Mi solidaridad con esas víctimas inocentes, entre ellas una niña, y el heroico pueblo alteño, defensor de la democracia".