Hace pocos días se conoció el video de una niña llorando descosoladamente mientras era forzada por la jueza Claudia Güemes a abandonar la casa de su padre, que posee la tenencia, e irse con su madre, acusada de ejercer violencia contra la menor. La difusión disparó docenas de llamados de otros padres a la abogada penal del padre, Noelia Bonetto. Lo que sigue es una selección de dramáticos casos de abuso por parte de la jueza, que aún sigue en su puesto, poniendo en peligro a otros niños. Varios de ellos están relatados en primera persona y se pueden escuchar en los audios aquí publicados.
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1-MARIA EVA fue otra mamá que tuvo que padecer el maltrato no solo hacia su persona, sino también para con sus hijos. La jueza Güemes obligó a sus chicos a ver al padre, luego de 25 denuncias de violencia contra la madre y los chicos y hasta de amenazar con un arma a uno de ellos. Ella crió a sus hijos sola, razón por la que se le otorgó el cuidado personal de los menores.
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Conforme cuenta en el audio adjunto, el progenitor de los niños llegó al extremo de renunciar a su trabajo para no pasar la cuota alimentaria. Ella lo denunció 25 veces por violencia de género, mas amenazas de muerte a sus hijos. Hasta lleva con ella un botón anti pánico. Aún sabiendo que estaba en presencia de una persona agresiva, la Dra. Claudia Guemes, en audiencia, maltrató verbalmente a la progenitora, recriminándole porque no dejaba que el progenitor visitara a los niños.
En vano fueron los intentos de dar explicaciónes a la magistrada ya que ni bien la progenitora tomaba la palabra, la jueza la hacía callar a los gritos, por lo que terminó rompiendo en llanto. Le exigió a la progenitora que, a pesar de la veintena de denuncias que tiene radicadas contra el padre de los niños y el botón antipánico con el que anda a cuestas, llevara a los niños a la próxima audiencia. La magistrada habló con los menores y autorizó al padre a verlos, a quien le restableció el vínculo. Al contarle a su hija de 4 años que se encontraría con el padre en la audiencia, la niña se escondió en el ropero. El otro hijo de 7 no quería verlo porque su papá le pegaba y hasta le llegó a apuntar al niño con un arma. Aún así a la jueza no le importó. El niño de 7 años le cuenta a su mamá que su papá siempre está alcoholizado y que le dijo a la jueza que él no quería ver a su papá, a lo que la jueza le contestó que su papá “había cambiado”. A la hora de resolver la jueza no valoró el miedo que le tienen sus niños a su papá.
ANA que también sumó su testimonio, actualmente atraviesa un divorcio conflictivo a raíz de la violencia de la cual es víctima. Ana denunció al padre por haber golpeado al niño hijo de ambos, de 6 años de edad. A raíz de ello la madre logró que le otorgaran una medida cautelar de prohibición de acercamiento contra el progenitor. A poco de restablecer el vínculo del progenitor con el niño, este solicita autorización a la Dra Guemes para viajar con el niño. A pesar de los hechos de violencia, la Dra, Guemes le dijo en audiencia que el padre era un ser humano y que cualquiera podía equivocarse. La madre trató de explicar a la jueza que el niño no quería hacer un viaje de 15 días con su progenitor, con quien recién estaba restableciendo el vínculo, amén de tener una prohibición de acercamiento vigente. La Dra. Guemes le gritó que su hijo era un caprichoso, y como observó el vínculo entre la madre y el niño, autorizó el viaje porque de lo contrario su niño “se convertiría en el futuro gay del mañana”.
Le dijo futuro gay a un niño de 6 años porque no quería ir de viaje con el padre, que lo había golpeado. El niño sufrió una crisis de nervios. Finalizada a la audiencia trató de contener a su hijo que no paraba de llorar, y de forma totalmente altanera, la jueza echó a la progenitora del juzgado.
OMAR contó que durante el año pasado solicitó en el Juzgado de la Dra. Guemes el cuidado personal de sus dos niños. A pesar de haber ofrecido todo tipo de pruebas en sus presentaciones a fin de acreditar la violencia del cual eran víctimas sus hijos por parte de la madre, la Jueza Güemes en la audiencia lo humilló, amenazando que en caso de insistir con sus pretensiones, no podría ver mas a sus hijos. Omar esta desesperado porque sabe que su progenitora los maltrata.
ADRIAN cuenta que a pesar de que sus dos hijos querían vivir con el a causa de la violencia que recibían por parte de su madre, la Dra. Guemes, lejos de escuchar a los niños se los otorgó a la madre directamente. Los niños refirieron que no querían vivir con su madre porque ésta los amenazaba con golpearlos con un palo de escoba. La jueza no solo que no escuchó a los niños sino que se negó a ver la prueba que se había presentado y que acreditaban la violencia.
Textualmente la Dra. Claudia Guemes dijo “usted sabe, siempre hay problemas entre madre e hija”, también la magistrada le refirió frases como “salvo que la madre sea prostituta le vamos a dar la razón a ella”
JUAN (en el audio habla Karina, su pareja con su consentimiento) relató que los hijos de su pareja, dos hermanitos de 13 y 9 años, quienes no querían ver a su madre, fueron amenazados por la Dra. Claudia Guemes, en el sentido de que si no querían entablar un régimen de comunicación con su progenitora, serían internados por orden de ella en el “Hogar Escuela”, por lo que perderían el contacto con su padre. Estos hermanitos, por temor a no volver a ver a su padre, se vieron forzados a un régimen de comunicación sin estar de acuerdo. La amenaza de la jueza se realizó delante de los niños.
Claramente, una persona grande sabe que la competencia de un magistrado no puede disponer la institucionalización de un niño como primera medida, mas cuando hay familiares. Pero los niños no saben de los límites con los que cuenta el poder estatal. Así, la amenaza de la jueza Güemes es un nuevo caso de coacción agravada, un delito que prevé una pena de hasta seis años de prisión.
Liliana perdió a sus dos hijos cuando una persona hoy condenada a 8 años de prisión por homicidio simple, los mató con su auto en la ciudad de Campo Quijano, dejando además seis heridos, entre ellos una beba de 1 año, a quien tuvieron que amputarle el dedo pulgar.
Como su hija llevaba adelante de manera unilateral el cuidado personal de su beba producto de que el padre no la veía hacía 10 meses previo al homicidio, Liliana solicitó la guarda de la niña que perdió sus padres y su dedo. Pedido que negado por la jueza, quien además maltrató y humilló asu abuela. A pesar de la reticencia de la niña a ir con su padre, la jueza sentenció “El padre está vivo” removiendo así el dolor que le tocó sufrir por la pérdida de sus hijos. Como si fuera poco, la Dra. Guemes le restringió el régimen de comunicación de la niña con la abuela a 8 horas semanales.
La niña le dice mamá a su abuela materna, situación que no le gustó a la Dra Guemes, razón por la cual le exigió a gritos “que no confundiera a la niña”, a lo que su abuela contestó que su nieta sabía perfectamente lo que había pasado con su mamá, que la niña sabía que ella era su abuela, la mamá de su mamá. De nada sirvieron las explicaciones de Liliana, ya que la Dra. Guemes seguía gritándole.