Hace 37 años, la madrugada del 2 de abril de 1982, Alejandro Betts estaba durmiendo en su casa de Puerto Argentino cuando se produjo el desembarco de las tropas argentinas. Esa mañana lluviosa y fría, ni bien se enteró de la Operación Rosario, este malvinense nacido hace 70 años, vio desde su casa lo que estaba ocurriendo.
“Estaba en mi casa mirando el avance de las tropas desde el aeropuerto hacia el pueblo desde una ventana del segundo piso. A la tarde quise hacer el intento para ir a las oficinas de LADE para presentarme, pero me avisaron que el personal ya estaba en el aeropuerto despachando el primer Fokker F-28 de la Fuerza Aérea con el primer contingente de repliegue de los buzos tácticos hacia el continente. Ese era el plan original de la Junta Militar de desembarcar, recuperar, quedarse 48 horas, 72 horas, y después replegar al continente. Margaret Tatcher cambia todo cuando toma la decisión de mandar la Fuerza de Tareas 317 para Malvinas”, relató a El Destape.
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Betts, el malvinense más famoso de Argentina eligió Agua de Oro, un pueblito serrano ubicado a unos 50 kilómetros al norte de esta Capital, como su lugar en el mundo. Allí vive con Carolina, su esposa desde hace más de 20 años y Camilo, su perro collie.
“La política del presidente Mauricio Macri hacia Malvinas atrasó treinta años, estamos peor que con la política de seducción de los isleños de (Guido) Di Tella y los ositos Winnie the Pooh. Muchos de esos muñecos de peluche terminaron en la basura, sin ser abiertos. Y otros, al menos fueron a parar a manos de niños, víctimas de la guerra de los Balcanes. Ahora, ni siquiera, la política de la Casa Rosada sirve para llevarles muñecos a víctimas de guerras. Desde el Gobierno nacional hay una política intencionada de desmalvinización, ya en 1997 Macri nos había advertido que no le interesaba la defensa de la soberanía nacional, cuando dijo: “Nunca entendí los temas de soberanía en un país tan grande como el nuestro” y “No tenemos un problema de espacio como tienen los israelíes”, denuncia Betts.
Este descendiente de irlandeses, católico, que trabajó en las Islas como peón rural, en Gas del Estado y en Líneas Aéreas del Estado (LADE), donde participó de embarques y desembarcos de soldados y pertrechos en el puente aéreo entre Puerto Argentino y el continente, le dijo a El Destape que “a tres años de gobierno de Macri, cuando faltan apenas ocho meses para que finalice su mandato, lamentablemente hasta ahora, no veo motivos para que cambie el rumbo de su política respecto de Malvinas, que es el mismo de (Carlos) Menem y (Domingo) Cavallo cuando firmaron los acuerdos Madrid I en 1989 sobre la capitulación militar y Madrid II en 1990 que implicó beneficios para el Reino Unido de explotación económica en la zona de exclusión. Macri no ha hecho ninguna acción concreta para reclamar la territorialidad argentina de Malvinas; ni ha prestado el debido interés en destacar el valor económico y estratégico en la geopolítica mundial de las Malvinas y todo el área del Atlántico Sur, consolidando la expansión de los británicos, ya sea económicamente como militarmente”.
"Desde 2016 a esta parte, Argentina no recibió nada concreto de parte del gobierno británico"
Alejandro Betts señaló “la incongruencia del canciller argentino Jorge Faurie, que en los organismos internacionales da bonitos discursos reclamando por nuestros derechos; pero cuando regresa a Buenos Aires firma acuerdos con empresas británicas y con los isleños en detrimento de los intereses de nuestro país. Yo le pregunto al canciller Faurie, ¿de qué lado de la cancha se va a poner, del lado de los británicos o del lado de Argentina? Su accionar comprende posturas inconducentes; cuando él habla de negociar, una negociación implica que ambas partes cedemos algo para lograr un bien común o un acercamiento de posturas. Desde 2016 a esta parte, Argentina no recibió nada concreto de parte del gobierno británico. Ni siquiera las identificaciones de nuestros héroes enterrados en el cementerio de Darwin obedecen a negociaciones de esta Cancillería argentina.
Cuando se desató la guerra del Atlántico Sur, Betts tenía 34 años, y colaboró activamente con las tropas argentinas. Tras la rendición el 14 de junio, llegó a Puerto Belgrano el 26 de junio de 1982 a bordo del buque hospital ARA Bahía Paraíso. Cuatro meses después, el 26 de octubre, junto a su hijo Pablo -vive en Rosario-, ambos recibieron el DNI argentino. “En octubre de 2017 murió mi madre Malvina Goss, tenía 88 años. Durante su último año de vida, casi no hablamos, estaba perdida y me preguntaba quién era, quien la llamaba. Cuando estaba lúcida, me decía “hijo, cuánto te extraño”. Mi hijo Pablo, fue quien me avisó que había muerto mi madre. En Malvinas quedaron una hermana y mi hija Dawn (42)”, confiesa emocionado.
-¿Qué opina de la campaña por redes sociales que lleva adelante el embajador británico Mark Kent?
-Sin dudas es una habilidad diplomática del embajador Kent. Ese es su trabajo, parecer simpático y amigable con los argentinos, hace un muy buen trabajo, cumple bien su rol. Pero le aclaro, nada ha hecho el señor embajador Mark Kent como representante del Reino Unido para solucionar la controversia sobre la soberanía argentina de Malvinas. Su campaña en las redes es para que digamos “¡qué tipo bueno!”; él hace su trabajo y lo hace muy bien, para convencer a la masa que los británicos, que el Gobierno de Londres es bueno. Nos cambia selfies y meriendas en la Embajada por soberanía, riquezas naturales y control estratégico del Atlántico Sur.
Anoche, Betts viajó a la ciudad de Justiniano Posse, en el sudeste cordobés, donde participó de la presentación de Grabadas a Fuego, el tercer libro del veterano de Malvinas y escritor local José Luis Alarcón: “Malvinas siempre tiene que estar presente en nosotros y en las generaciones futuras. Tenemos que hacer frente a la campaña de desmalvinización que llevan adelante este Gobierno y algunos medios”