El presidente del Consejo Federal de Enfermería, Manoel Neri, alertó que Brasil puede enfrentar problemas muy graves referidos al COVID-19 en los próximos días por falta de equipamientos de protección individual para el personal sanitario.
En medio de la crisis sanitaria que atraviesa el país vecino debido a la inacción de su presidente, Jair Bolsonaro, quien minimiza los efectos de la pandemia, Neri dejó en claro que la situación puede volverse mucho peor en pocos días. "Aún estamos muy al principio de la pandemia y ya tenemos problemas muy serios, que se agravarán en abril y en mayo", le confió a la agencia rusa Sputnik.
El técnico señaló que ante la dificultad para importar máscaras, gafas, guantes y delantales, el propio Ministerio de Salud debería estar incentivando la producción nacional para no perder más tiempo. De acuerdo con el último balance del Consejo Nacional de Enfermería, en Brasil ya murieron 16 enfermeros por COVID-19, mientras que otros 13 decesos están siendo estudiados. En total hay 374 profesionales infectados y casi 2.800 apartados de sus puestos por posibles contagios.
La situación de los enfermeros también puede repercutir en el tratamiento del resto de los pacientes, ya que su falta en los hospitales reduce el personal capacitado para tratar la enfermedad. "Hay que buscar alternativas locales de producción; ya hay ciudades, como Manaos (capital del estado de Amazonas, norte), que están al borde del colapso, y con los respiradores es muy probable que en 20 o 30 días tengamos muchos problemas", aseguró Neri.
El Ministerio de Salud informó que este miércoles llega a Brasil un cargamento con 300.000 mascarillas cedidas por la empresa Suzano, y que en los últimos días se firmaron contratos para adquirir 10.800 respiradores a dos fabricantes brasileños, que empezarán a entregarlos a finales de este mes.
"Estamos cosechando un fruto muy amargo, tanto por el número de muertos, que ya es muy alto, como por el número de profesionales que están siendo contaminados y apartados, lo que acaba desmontando aún más los equipos… Brasil tendría que haberse preparado con antelación", cuestionó Neri.
La pandemia crece con velocidad en Brasil, donde Bolsonaro incluso llegó a enfrentarse con los gobernadores que decidieron imponer el aislamiento por su cuenta frente a la inacción del gobierno nacional. La crisis en Brasil también generó una pérdida del respaldo político que tenía el jefe de Estado. Según información revelada por el periodista Horacio Verbitsky, las Fuerzas Armadas nombraron un presidente operativo para que actúe sobre la situación.
Neri también expresó su apoyo al ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, quien también mantiene una aspera relación con Bolsonaro desde que comenzó la pandemia, debido a que defiende las medidas aislamiento social para prevenir los contagios.
Para el enfermero, el discurso de Bolsonaro de minimizar los riesgos del coronavirus, criticar las restricciones impuestas por otras autoridades y pedir la vuelta a la normalidad "es un obstáculo" en el combate a la enfermedad, ya que las medidas de aislamiento son necesarias para dar tiempo a la restructuración de la retaguardia en el sistema de salud.
El pasado martes, Brasil rompió registró 204 muertos por coronavirus, una cifra récord desde la llegada de la pandemia al país. En total, el COVID-19 causó 1.532 fallecidos y contagió a 25.262 personas.