En el primer balance del año, las cuentas públicas arrojaron un déficit financiero de $ 90.818 millones en enero, producto de las erogaciones por el impulso a la inversión social. También quedaron en rojo a nivel primario, antes del pago de deuda, en $ 3.766 millones.
Según el Ministerio de Economía, en enero de 2019 se había alcanzado un excedente primario de $ 16.658 millones. La cartera que conduce Martín Guzmán explicó que el desequilibrio fiscal "se debe mayormente a un impulso de la inversión social durante el comienzo del año".
Los ingresos totales del mes ascendieron a $ 395.225 millones, con un aumento del 40,3% interanual. Por su parte, los ingresos tributarios avanzaron 39,2% en la comparación al mismo mes del año anterior.
Asimismo, los aportes y contribuciones a la seguridad social se incrementaron 37,6% respecto de igual mes de 2019, en línea con la dinámica exhibida el mes anterior. El gasto primario totalizó $ 398.990 millones, lo cual representó un aumento del 50,6% interanual, implicando una aceleración en su tasa de crecimiento respecto de diciembre de 2019.
El 80% de este incremento fue explicado por las prestaciones de la seguridad social, que avanzaron un 49,3%, y las transferencias corrientes, que lo hicieron a una tasa del 88,7%. "Esta dinámica se debe mayormente al impulso de la inversión social: la movilidad del 8,74% otorgada para prestaciones sociales, el bono de $5.000 para 4,5 millones de jubilados y pensionados y la puesta en marcha del programa de tarjetas alimentarias en el marco del Plan Argentina contra el Hambre", indicó Economía.
Estas dos últimas medidas implicaron desembolsos por alrededor de $ 25.350 millones, sin los cuales el gasto primario habría crecido en sintonía con los ingresos fiscales (+41% interanual). Las transferencias corrientes a las provincias registraron un impulso de $ 9.536 millones respecto de igual mes del 2019, el cual representa un incremento del 79,8% interanual.
En ese sentido, las transferencias a universidades ascendieron a $13.485 millones (+70,7%). Los subsidios económicos ascendieron a $30.987 millones (+76,4%) y mostraron a su interior una divergencia entre aquellos destinados al transporte (+34%) y a la energía (+125,5%).