Luego del contundente resultado electoral, el Gobierno vio cómo se aceleró la fuga de capitales y el dólar se disparó 30%. En las 48 horas subsiguientes hubo una salida sustancial de los depósitos bancarios, que cayeron U$S 700 millones de sus cuentas bancarias.
En los dos días negros posteriores a las primarias, los individuos y compañías retiraron U$S 733 millones de las cajas de ahorro, cuentas corrientes y plazos fijos, de acuerdo a los números definitivos que publica el Banco Central.
El lunes se fueron U$S 212 millones de los depósitos en las entidades financieras. El tipo de cambio había escalado de $ 46 a $ 55 en el Banco Nación.
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Luego de tan abrupta devaluación, el martes salieron del sistema U$S 521 millones. Esa jornada la cotización ascendió tres pesos a $ 58.
El Banco Central se mantuvo aislado del mercado en las ruedas. Una de las hipótesis que corrió en la City, como publicó El Destape el lunes, consistía en que la intención gubernamental era aplicar “terrorismo financiero” a quienes no votaron a Juntos por el Cambio. El objetivo del Ejecutivo pudo haber sido demostrar cuán graves podían ser las consecuencias financieras si el Presidente no renueva mandato en octubre.
Mauricio Macri apoyó ese mismo día esta versión cuando mostró su enojo con los electores que no sufragaron por él. Al día siguiente tuvo que darse vuelta por la caída en la imagen que generó.
Por otra parte, otros economistas ponderan la actitud del titular del BCRA, Guido Sandleris por no haber liquidado las reservas internacionales a mansalva. Si bien fue muy bajo el volumen operado en el mayorista el lunes, ante una intervención del Central, insisten, podrían haber aparecido más compradores que hubieran presionado sobre estos activos.
En la semana, las reservas se hundieron cerca de U$S 3.000 millones y cerraron el viernes en U$S 62.406 millones, lo que representa una merma preocupante ante la delicada herencia que planea dejar Macri al final de su mandato, más aún con el mega endeudamiento y la tutela del FMI que también lo acompañarán.