La 44ª edición de la Copa América comienza este jueves en Chile. Aunque promete ser un destacado certamen por el nivel actual de los seleccionados sudamericanos y los futbolistas que los integran, los escándalos de la FIFA ensombrecen la atmósfera del torneo.
Las presencias de Lionel Messi, Neymar, y James Rodríguez, entre otros cracks sudamericanos, no alcanzarán para distraer la atención del mayor escándalo del fútbol mundial que saltó a la luz el mes pasado, cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos pidió la extradición de varios jerarcas de la FIFA y empresarios por los escándalos de corrupción y sobornos para la televisación de distintos torneos; entre ellos, la propia Copa América.
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Justamente uno de los anfitriones de la séptima Copa América que se desarrolla en el país trasandino, el presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, Sergio Jadue, está en el centro del escándalo. El mandamás del futbol chileno es uno de los señalados de haber recibido sobornos por 3 millones de dólares como parte de la repartición al interior de la Conmebol de los 100 millones de dólares que la empresa Datisa habría pagado para hacerse de los derechos de televisación y merchandising de cuatro ediciones de la Copa América; incluida la que arranca hoy, con el encuentro entre el local y Ecuador.
Otros dirigentes de la Conmebol y empresarios están imputados por hechos de corrupción en relación a las dádivas de las empresas que buscaban quedarse con el negocio del fútbol. Entre ellos emerge la figura del empresario argentino Alejandro Burzaco.
El ex CEO de la empresa Torneos Alejandro Burzaco, acusado por la justicia de los Estados Unidos en la investigación por corrupción en la FIFA, se entregó ayer en la ciudad italiana de Bolzano.
Hugo y Mariano Jinkis, titulares de Full Play, otra de las empresas vinculadas a las coimas por los derechos televisivos, siguen prófugos de la Justicia. Sus abogados sostuvieron hoy que los empresarios tienen "voluntad absoluta" de estar a derecho, al insistir ante la Cámara Federal porteña con el pedido de exención de prisión mientras se tramita la extradición a Estados Unidos.
En lo que respecta lo estrictamente deportivo, será la séptima competencia continental que se jugará en Chile y de ellas, las últimas cuatro ediciones fueron ganadas por Argentina, lo que significa un buen augurio para el equipo dirigido por Gerardo Martino, más allá de que por la calidad de sus jugadores sea el principal candidato a quedarse con el título.
El seleccionado argentino, integrante del grupo B junto a Uruguay, Paraguay y Jamaica, se asoma como fuerte candidato al título por quedar a un paso de la gloria luego de caer en la final del Mundial ante Alemania.
Ya sin Alejandro Sabella en el banco de suplentes, se eligió a un conductor como Gerardo Martino que decidió darle continuidad a gran parte del grupo de futbolistas que participó en el Mundial de Brasil. A ellos habrá que sumar la vuelta de un crack ausente en Brasil 2014: Carlos Tévez. También se incorporan otros jugadores con proyección y pasado de Selección, como Pastore (integrante del plantel de Sudáfrica 2010), Erik Lamela y Roberto Pereyra, de la Juventus.
Pero no la tendrá tan fácil. Los albicelestes compartirán grupo con Uruguay, defensor del título obtenido cuatro años atrás en Argentina y Paraguay, subcampeón de la última edición cuando era dirigido, precisamente, por el "Tata" Martino.
El conjunto paraguayo, hoy conducido por el riojano Ramón Díaz, tuvo un inusual récord en la última competición, ya que alcanzó la final sin haber ganado un solo encuentro, con cinco empates hasta el 0-3 frente a Uruguay, en el Monumental.
Completa el grupo de Argentina la débil Jamaica, uno de los dos invitados de la CONCACAF. El otro ya es un habitué desde que la Copa América se disputa con este formato, en 1993: México.
El seleccionado chileno de fútbol, anfitrión de la Copa América, abrirá hoy una nueva edición del certamen cuando juegue ante Ecuador en un partido correspondiente al grupo A. El escenario del encuentro, que se iniciará a las 20.30, será el estadio Julio Martínez Prádanos, más conocido como Nacional, que se teñirá de rojo por los casi 48.000 chilenos que lo colmarán. Los chilenos vienen de hacer una buena Copa del Mundo, en la que cayeron en octavos de final, por penales, frente al local Brasil, luego de superar un difícil grupo en el que estaban los últimos finalistas del Mundial de Sudáfrica: España y Holanda.
Brasil, por su parte, intentará borrar la mala imagen que dejó ante su público, que se ilusionaba con dejar atrás la mancha del Maracanazo pero tuvo que soportar una mucho mayor: el "Mineirazo", como se conoció al 1-7 frente a Alemania. Compartirá grupo con Venezuela, el Perú del argentino "Tigre" Gareca y Colombia, conducida por José Pekerman.
El torneo se disputará a lo largo de 23 días, entre la jornada de esta noche y la final, en el estadio Nacional de Santiago, el próximo 4 de julio. Habrá ocho sedes: Antofagasta, La Serena, Viña del Mar, Valparaíso, Rancagua, Concepción, Santiago y Temuco. Para Argentina habrá un objetivo titánico: cortar la racha de 22 años sin títulos en mayores. Para la Conmebol, otro de tamaño similar: empezar a lavar su imagen luego de un mes en el que toda la suciedad quedó al descubierto.