Desde hace un tiempo una estatua incomoda a los vecinos de Boedo que transitan por la avenida del mismo nombre.
La ubicación es Boedo al 400, allí la pizzería “Pizza Lo+Hot” mantiene en las puertas del negocio una estatua que homenajea al jugador y ex director técnico Héctor “Bambino” Veira. En momentos donde el feminismo se alza y denuncia las desigualdades de las mujeres, muchos se quejan porque consideran que esta estatua contribuye a la cultura de la violación.
“Como feminista me incomoda todos los días pasar por la vereda de la pizzería y ver la estatua de una persona acusada de violación a menores. Que se manejó de manera impune y encima es visto como un canchero, yo no quiero eso en mi barrio, me incomoda” expresó Teresa Ruiz vecina de la zona.
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Fueron muchas las vecinas que realizaron quejas pero en el local, nadie supo darle una respuesta de la estatua: “Vivo al lado. El bar es relativamente nuevo. Debe estar por cumplir un año aproximadamente. La estatua (que la entran y sacan) la pusieron bastante después. Nunca entendí el por qué. Me queje varias veces con la gente de ahí, pero los chicos con los que hable ni siquiera conocían quien era el “Bambino”. Nunca pude enganchar al dueño o encargado para preguntarle que tenía que ver esa estatua ahí” expresa Romina Donato.
Laura Corvalán, comunera de Unidad Ciudadana, afirmó a El Destape que en diversas oportunidades se acercaron al bar “un grupo de compañeras se acercaron a dialogar pero la estatua siempre vuelven a ponerla”.
Grupos feministas de la zona aseguraron consideran que es un agravio y hasta una provocación el hecho de tener la figura del ex jugador. “Estamos organizando un escrache porque no podemos permitir que una estatua exalte a un violador. En épocas donde el feminismo se ha convertido en un actor político con incidencia en las políticas públicas, hasta los pequeños gestos inciden y esto puede ser considerado violencia” afirmó Rocío Gonzalez, militante feminista .
La indignación colectiva a medida que crece por los casos públicos de historias de abuso y la concientización también en las críticas al lugar.
“Una vergueza…indignante la figura del violador pedófilo, Bambino Veira, que tienen en la puerta del local. Me quedé mirando un rato largo la estatua y no salía de mi asombro. Sin dudas, no lo recomiendo, un lugar donde empoderan la figura del violador y pedófilo…no habla bien de sus dueños” escribió María Barrios, una ex cliente.
Desde el local, el encargado Rodrigo Frías, contó que son muchos los clientes que manifiestan su molestia. “Muchos clientes vienen y nos piden que lo sacamos, en la cuadra los vecinos nos dicen que no van a pisar el local”, afirmó.
Frías, encargado del local que va a cumplir un año en la zona, dialogó con El Destape y aseguró que, tras las repercusiones de las denuncias de violación de Juan Darthes y la denuncia de las actrices argentinas y la conmoción que esto generó en la sociedad, y la inminencia de futuros escraches, la estatua desde este miércoles será retirada y ya no se exhibirá.
La causa
El 17 de octubre de 1987, Héctor “Bambino” Veira fue denunciado por haber violado a un niño de trece años. El muchacho, junto con un amigo, le habían pedido un autógrafo en la calle. Veira les dijo que su lapicera no funcionaba y le pidió al niño que lo acompañara a un departamento de su propiedad que se encontraba cerca. Esa noche el niño le contó a su madre que Veira lo había violado.
Veira negó el hecho y sostuvo que el niño le había pedido un autógrafo y que él simplemente lo había invitado a ingresar a un departamento de su propiedad para darle un banderín. Como coartada sostuvo que se hallaba presente una sobrina suya, Adriana Veira, que dijo vivir en el apartamento de Veira y encontrarse presente. En el juicio se probaría que la declaración de su sobrina era falsa, siendo condenada por falso testimonio.
El 4 de abril de 1988, Veira fue encontrado en primera instancia culpable del delito de tentativa de violación y promoción de corrupción de menor, siendo condenado a cuatro años de prisión. La Cámara del Crimen revocó la condena y absolvió a Veira aplicándole el beneficio de la duda. El 24 de abril la Corte Suprema de Justiciaconsideró arbitraria la decisión de la Cámara de aplicar el beneficio de la duda y ordenó dictar una nueva sentencia. El 30 de agosto de 1991, la Sala VI de la Cámara dictó nueva sentencia encontrándolo culpable de violación de un menor, y condenándolo a seis años de prisión, siguiendo el voto de la jueza Carmen Argibay. El 4 de octubre de 1991 fue enviado a prisión para cumplir la condena.
El 8 de septiembre de 1992 la Corte Suprema volvió a intervenir y calificó el delito como “intento de violación” y le redujo la pena a tres años. Como Veira ya había cumplido más de un tercio de la condena, quedó en libertad condicional el 17 de septiembre de 1992, luego de cumplir once meses de prisión.
El hecho fue en el Barrio de Boedo, donde aun permanece la polémica estatua.