"La primera prioridad será cuidar a nuestro equipo", prometieron los directivos de Despegar.com cuando comenzó la cuarentena obligatoria, con el argumento de que la solidez financiera que consiguieron en estos años les permite mantener la estructura sin ventas. Dos semanas después, despidieron a cientos de trabajadores en la región. En Argentina rige el DNU que prohíbe la desvinculación sin justa causa, por lo que la compañía aún no pudo emular esa práctica.
La agencia de viajes por Internet desvinculó a cerca de 400 empleados de países de la región, principalmente en Brasil, Uruguay y Colombia. Estos equivalen a más del 10% de la planilla laboral, informaron los propios trabajadores a El Destape. Las expulsiones masivas afectaron las áreas de comercialización, operaciones, televentas y experiencia del usuario.
Para Argentina, el directorio analiza los pasos a seguir una vez que caduque el plazo del decreto de necesidad y urgencia del presidente Alberto Fernández. "No podemos garantizarle nada a nadie", se escuchó decir a un ejecutivo.
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Las aerolíneas y las empresas de turismo fueron las primeras en recibir los golpes económicos de la pandemia. Sin embargo, las compañías que en épocas de prosperidad se niegan a compartir las ganancias con los trabajadores que las generan, pretenden socializar las pérdidas si el viento sopla en contra.
El Gobierno argentino desplegó medidas para intentar controlar las fuentes de trabajo por el tiempo que el coronavirus represente una amenaza mundial. Para las MIPYMES puso a disposición líneas de crédito blandos por hasta $ 350.000 millones para que abonen los salarios, pero no se los acercó a las grandes empresas porque su solidez patrimonial les permite soportar la crisis.
En la bolsa neoyorquina, la acción de Despegar.com se derrumbó 50% en un año, de modo que cotiza en U$S 7,40 por papel. Sin embargo, no se trata de una compañía a punto de quebrar, sino de una con abultadas cuentas bancarias. Sólo en el día de su lanzamiento, en septiembre de 2017, había acumulado U$S 300 millones de capital.
El cambio de encare de la pandemia se dio en menos de dos semanas. A fines de marzo, en pleno aislamiento compulsivo, el presidente ejecutivo, Damián Scokin, había compartido un mensaje entre la planta argentina donde planteaba que la primera prioridad sería "cuidar a nuestro equipo, tomando distintas medidas de prevención". En una interpretación más abierta, esto quizás no incluía mantener los puestos de trabajo.
Como segunda regla, bajó que cuidarán a los clientes, y recién en tercer lugar se ubicaría "cuidar la sustentabilidad del negocio". Sobre este último punto, detalló que desde el comité ejecutivo trabajaban en distintas proyecciones y variables, previendo que la crisis va a prolongarse más de lo esperado. "También estamos tomando medidas de corto plazo con el objetivo de conservar la salud del negocio", explicó.
En palabras de Scokin, "Despegar es una empresa con solidez financiera". "Sin embargo esta solidez es finita, y si bien nos puede ayudar en estos momentos de crisis, debemos tomar decisiones, muchas de ellas difíciles, para tratar de asegurar la sustentabilidad de la operación", había acotado. Entre las acciones que describió que iban a tomar, no se encontraban los despidos masivos.
Despegar.com no fue la única que tomó decisiones en contra de los trabajadores. La aerolínea Latam redujo los sueldos en Chile, pero esto fue frenado por los sindicatos en Argentina. Mc Donald's y Burger King redujeron entre un 20% y un 50% los salarios de los empleados gracias a una cláusula del convenio colectivo de trabajo que prevé causas excepcionales. La gigante nacional Techint, en tanto, despidió a 1.450 terciarizados y la fábrica de mantecas Danica cerró su planta para no reincorporar a su plantilla en medio de la prohibición de cesantías.