Tras otra semana de protestas y violencia en las calles, Venezuela fue nuevamente a las urnas para redactar una nueva Constitución que reemplace a la de 1999. Al menos nueve personas, del oficialismo y la oposición, murieron este domingo. Para el opositor Henrique Capriles, los muertos llegan a 15. Argentina y Brasil no reconocen como "legítima" a la elección.
Entre los fallecidos hay manifestantes, policías y hasta un candidado a asambleísta por parte del chavismo. Militares y policías se enfrentaron en un batalla campal en Caracas y otros puntos del país con un cruce de bombas lacrimógenas, perdigones, piedras y cócteles molotov, que en algunas zonas fueron mortales. Dos adolescentes, de 17 y 13 años, y un militar murieron en el occidental estado Táchira, fronterizo con Colombia, otros tres hombres en Mérida y uno en Lara (ambos, noroeste), en protestas entre sábado y domingo, en el marco de la elección, reportó la Fiscalía.
Aunque la Fiscalía no los vinculó aún con móviles políticos, un candidato a asambleísta murió en Ciudad Bolívar (sureste), y un dirigente juvenil opositor de un disparo en la costera Cumaná.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Una vez terminada la jornada, el presidente Nicolás Maduro aseguró que votaron más de 8 millones de personas, en un país de poco más de 20 millones de electores. “Hemos dado una batalla para abrir una compuerta y hemos abierto la puerta del horizonte futuro. Han dado el primer boletín con 8 millones 89 mil 320 votos; es la votación más grande que ha sacado la Revolución Bolivariana en toda la historia electoral de estos 18 años", dijo el mandatario.
Tema recurrente en los países cercanos a Estados Unidos, varias naciones de la región no reconocieron como "legítimo" el comicio celebrado ayer. Entre ellos, Argentina, Brasil, Perú, Chile, México, Colombia y Costa Rica.
El gobierno de Venezuela convocó a una elección para reunir a la Asamblea Constituyente, que redactará una nueva carta magna en reemplazo a la sancionada durante el primer gobierno de Hugo Chávez, en 1999. La convocatoria estuvo signada de críticas ya que la misma tiene algunos representantes elegidos directamente por sindicatos, agrupaciones indígenas y juveniles afines al chavismo, además de los asambleístas elegidos por voto popular.