La Argentina está en emergencia alimentaria y eso fue lo que comprendió todo el arco político al alcanzar un acuerdo que estuvo a la altura que demanda la realidad. La Ley fue acompañada, y esto le permitirá a millones de argentinos y argentinas poder comer, nada más imprescindible en la vida de las personas.
La política económica y social del gobierno de Macri fracasó tanto, que esa impericia quedó desnuda en un parlamento que fue casi unánime a la hora de destinar más fondos para la alimentación de nuestro pueblo. De todos y todas los que tenemos responsabilidades institucionales dependerá ahora poner nuestra capacidad y nuestro esfuerzo en dar un salto de calidad. Los y las argentinos y argentinas ahora no sólo deberían poder comer, sino que tendrían que tener la posibilidad de trabajar dignamente y de alimentarse de manera sana y nutritiva.
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En cuanto a la desocupación, el último dato disponible elaborado por el INDEC corresponde al primer trimestre de 2019 y da cuenta de un 10,1%, es decir que hay 2 millones de personas desocupadas. Además, hubo un cambio en la composición del empleo ya que se destruyeron los de carácter industrial y se crearon monotributistas, con lo que implica dicho cambio. Estos datos no hacen más que reflejar la crisis a la que nos llevó Cambiemos.
Por eso es necesario que volvamos a levantar las persianas de nuestras industrias y nuestros comercios, que se reactive el mercado interno, que incorporemos valor agregado a nuestra producción primaria para que el valor de la tonelada de alimentos que exportamos sea mayor. Este combo va a generar más trabajo genuino y mayor movilidad social que nos saque de esta desocupación de 2 dígitos.
Otro punto importante a abordar es la confección de una canasta de alimentos saludable que nos permita alcanzar estándares de seguridad alimentaria de los que hoy carece la Argentina. ¿Nuestros niños, niñas y jóvenes comen bien?. Definitivamente no. Hoy la canasta básica de alimentos cuesta más de 13 mil pesos para una familia tipo.
Por lo tanto, una canasta saludable, que incluya legumbres, carne, leche, huevos, entre otros alimentos indispensables, está muy por encima de valor. Y si tenemos en cuenta que hasta hoy los niños y niñas que asisten a comedores y merenderos reciben pér cápita, por comida diaria un total de 30 pesos, es porque la alimentación no es suficiente y muchos menos es saludable.
Para el futuro cercano tenemos que dar esta discusión, poner el trabajo de calidad y la alimentación segura en un lugar central de la agenda política argentina. No debemos quedarnos sólo con los efectos de esta Ley, que por más soluciones que brinde en este contexto de crisis, en el hoy, es insuficiente para la calidad de vida de nuestro pueblo. Siempre debemos ir pos más, poner a la Argentina de pie de una vez y para siempre.
*Leonardo Grosso es jefe del bloque de Diputados del Movimiento Evita.