Fiel a su fanatismo por llamar la atención, la diputada Elisa Carrió apeló a una disparatada anécdota personal para justificar su respaldo al proyecto de ley de góndolas aprobado por la Cámara de Diputados.
Durante la sesión, la líder de la Coalición Cívica se remontó a un episodio que vivió en la previa de las Pascuas de 2015. El tema involucrado es uno de sus preferidos: la comida.
"En 2015 fui a comparar un chivo para Pascuas y me quisieron cobrar 6000 pesos. Fue durante la gran disputa de Olivos llamada 'la reunión del chivo'. Yo venía de comprar uno en Ojo de Agua, en Santiago del Estero, a 600 pesos", relató ante la escucha del resto de los legisladores nacionales.
Ojo de agua es un pequeño departamento de unos 20 mil habitantes al sur de la provincia gobernada por Gerardo Zamora.
La dirigente completó la fundamentación por la cual manifestó su deseo de que se fundan los grandes comercios minoristas. "En un supermercado de Pilar me querían cobrar 6000. Yo les dije que lo iba a pagar en dos cuotas. Ahí me di cuenta de la estafa y nunca más compré en un supermercado", se quejó.
A partir de allí, la jefa de la CC fijó su posición respecto al proyecto de ley: "Yo no estoy a favor de los supermercados, estoy en contra. Estoy en contra del supermercadismo. Si se tienen que fundir los supermercados, mejor para la historia del país".
Tras la aprobación del proyecto en Diputados, Carrió tuiteó que "ahora sí los de la tercera edad podremos buscar buenos precios en las góndolas sin tirarnos al piso", con la foto con su imagen, cuyo original data de 2013, cuando se retrató acostada debajo de un auto.