Las elecciones regionales del 15 de octubre en Venezuela son la comprobación de que la política puede prevalecer en este país aún en tiempos de altos niveles de conflictividad y violencia.
Después de unos cuatro meses de movilizaciones, paros y barricadas callejeras impulsadas por la oposición cuyo objetivo era provocar la caída del presidente Nicolás Maduro y cuando se pensaba que todo estallaba en mil pedazos el gobierno diseñó una fórmula política para destrabar el enfrentamiento y encontrar una salida política a lo que parecía una inevitable guerra civil.