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Desde 1983, nunca se había anulado una elección que se había realizado y proclamado a un ganador. Los casos más cercanos se dieron en Catamarca en 2003, cuando se suspendió el comicio mientras se estaba realizando por los incidentes y la recordada quema de urnas de simpatizantes de Luis Barrionuevo, y en 1991, cuando se intervino Corrientes porque el Colegio Electoral no se puso de acuerdo para señalar al nuevo gobernador.
Antes, hay que viajar a abril de 1966, cuando se llevaron a cabo elecciones para gobernador en la provincia cuyana. En aquella oportunidad, el Partido Demócrata de Mendoza se impuso a los dos partidos peronistas, el Movimiento Popular Mendocino (vandorista) y el partido Justicialista, afín al viejo líder por entonces exiliado. Sin embargo, el 28 de junio el general Onganía derrocó a Artturo Illia e intervino Mendoza, por lo que la fórmula Jofré-Galleti no pudo asumir.
Otro antecedente fue la elección a gobernador de la provincia de Buenos Aires en 1962, sobre el final del gobierno del radical desarrollista Arturo Frondizi. Allí, el peronista Andrés Framini se impuso pero el presidente desconoció el resultado por presión militar. No duraría mucho más: las Fuerzas Armadas lo eyectarían del poder y pondrían al presidente provisional del Senado, José María Guido, en su lugar. Framini no pudo asumir.
También se puede citar las elecciones de 1931, en medio del primer golpe de Estado que vivió la Argentina. Con el general José Félix Uriburu al mando, tras haber derrocado a Hipólito Yrigoyen. El militar convocó a comicios en Buenos Aires y allí se impuso el radicalismo. El resultado adverso para el gobierno antidemocrático y conservador provocó que Uriburu anulara los resultados. Debilitado, se fue al año siguiente y dejó su puesto a Agustín Justo, quien llegó al poder gracias al fraude patriótico.
Los antecedentes post 1983
Aun quedan en la memoria de muchos argentinos la escandalosa elección de Catamarca del año 2003. Luis Barrionuevo había sido inhabilitado para presentarse como candidato por no cumplir con los requisitos mínimos de residencia en la provincia. A las pocas horas de comenzado, y debido a los graves incidentes que incluyeron quema de urnas, el gobernador Oscar Castillo suspendió las elecciones. Recién en agosto de ese año se pudieron llevar a cabo los comicios y Eduardo Brizuela del Moral se impuso por sobre Liliana Barrionuevo, hermana del sindicalista gastronómico.
En 1991, la provincia de Corrientes fue intervenida luego de que no se pusiera de acuerdo el Colegio Electoral en cuanto a quién debía ser el próximo gobernador. En aquel momento se elegía de manera indirecta al mandatario provincial, y el Partido Autonomista Liberal se quedó con 13 de los 26 integrantes del Colegio, gracias a su 43% obtenido. El PJ fue segundo con el 33% (9 electores) y la UCR tercera con el 18% (4 electores).