El PJ aguarda por un nuevo festejo. Esta vez en La Pampa, la provincia donde comenzó el año electoral. El gobernador Carlos Verna se bajó de la reelección tras ser diagnosticado de cáncer, y eligió para la sucesión al diputado nacional Sergio Ziliotto.
El panorama viene más complicado para el radical Daniel Kroneberger, también diputado nacional, que derrotó por amplio margen en la interna de Cambiemos al ex futbolista de Boca y ex secretario de Deportes de Macri, Carlos Mac Alllister. Aquella victoria en febrero infló el pecho de los correligionarios que se animaron a plantarse en otras provincias y sacudir la disputa nacional de la alianza gobernante.
En La Pampa ya no existe Cambiemos, ahora se presenta como Avancemos y con el amarillo desterrado de la campaña. Macri tiene una imagen negativa que ninguna encuesta ubica por debajo del 60 por ciento.
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La incógnita está en cuántos puntos habrá de diferencia y si el peronismo logra recuperar la ciudad de Santa Rosa con un cristinista puro, Luciano Di Nápoli, que venció en la disputa interna a un peronista tradicional, y que dedicó el triunfo especialmente a Cristina Kirchner. Tendría que producirse un corte de boleta descomunal e histórico para que la UCR no pierda otra capital provincial en su aventura macrista.
Apuntalando la unidad de cara a las PASO
Otro dato que el peronismo podrá celebrar es la afinada unidad interna, y que seguramente será elevada como un ejemplo de construcción para el ansiado frente patriótico que se persigue a nivel nacional.
En La Pampa aprendieron de los errores y el tiempo sanó algunas heridas. El PJ pampeano olfateó el riesgo de la división en 2017, cuando ganó la legislativa nacional por 76 votos y zafó de ser arrasado por la ola amarilla que inundaba el centro del país.
En 2011, Verna bajó su candidatura a la gobernación porque aseguraba que desde Buenos Aires le imponían la lista de diputados nacionales. En 2015 se presentó, ganó con más del 46 por ciento de los votos y le dedicó su triunfo a CFK, Scioli, Zannini, a La Cámpora y a cualquiera que se le cruzara en el camino. "La Pampa o La Cámpora", decía.
El gobernador y la ex presidenta estaban enfrentados desde que ambos ocupaban bancas en el Senado antes de la experiencia kirchnerista. La historia dice que el Frente Para la Victoria nunca existió como marca electoral en La Pampa.
Parecía una acumulación de broncas irreconciliables. Hasta que el espanto por Macri hizo sonar los teléfonos. Hoy tienen una buena relación, se reunieron en dos oportunidades y atrás quedaron las rencillas políticas y personales.
En la última semana Cristina retomó el vínculo con un regalo: a través de sus representantes en La Pampa, le envió a Verna un ejemplar del best-seller Sinceramente, dedicado especialmente y con un reconocimiento a la trayectoria política del gobernador.
Verna fue uno de los primeros gobernadores que se le plantó al Presidente y comenzó a impulsar la idea de unir al peronismo para derrotar al macrismo. Asegura que Macri fracasó y que “delega todo en el mercado y el FMI”. En su última aparición pública, para el cierre de campaña en Santa Rosa, respaldó al referente kirchnerista y mandó un mensaje a todas las líneas: “Luciano (Di Nápoli) va a ser el intendente de Santa Rosa con el apoyo de todo el peronismo unido en nuestra capital”.
Para esta elección se conformó el Frente Justicialista Pampeano (FREJUPA), que reúne a todas las líneas internas y que sumó al Frente Renovador, Patria Grande, Nuevo Encuentro, Humanismo y Comunismo. Todos adentro. Se vota por el “Proyecto Verna”. Él es el elector, y en sociedad con otro histórico dirigente provincial y cuatro veces gobernador, Rubén Hugo Marín, hoy en la mesa de Acción Política del PJ Nacional, aseguran bajo siete llaves la gobernación peronista que se mantiene invicta desde 1983.