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Cuando uno observa los resultados del balotaje y los compara con los de la primera vuelta, se ve que si todos los votantes del Frente para la Victoria (FpV) hubieran apoyado a Lousteau, éste habría derrotado a Horacio Rodríguez Larreta y el PRO se habría quedado sin el único distrito que gobierna.
En esta ocasión, el PRO obtuvo 860.802 votos, contra los 806.057 del binomio Martín Lousteau-Fernando Sánchez. Comparado con el comicio del 5 de julio, se puede decir que casi todo el voto de la oposición porteña fue a parar a ECO, mientras que PRO consolido su piso alto en la Capital Federal.
Con los números en la mano, PRO obtuvo hace dos semanas 832.619 votos, lo que implica un crecimiento en este balotaje de tan solo 28.123 sufragios. El salto lo dio Lousteau, que pasó de los 465.583 de la primera vuelta a los ya mencionados 806 mil, unos 340.474 votos más. La diferencia con el partido amarillo fue de tan solo 54.745 votos.
¿Cómo le fue al Frente para la Victoria (FpV)? En la primera vuelta obtuvo 400.522 votos. Si toda esa masa de votantes se hubieran trasladado a ECO y éste, retenido sus votos de la primera vuelta (como se observa que ocurrió), entonces el frente que nuclea a UCR, Socialismo y Coalición Cívica habría superado los 865 mil sufragios y se habría impuesto por sobre el macrismo. El voto en blanco, el ausentismo o algún voto que se trasladó a Larreta terminó definiendo la cuestión.
Esta mañana, el ex candidato a jefe de Gobierno por el kirchnerismo, Mariano Recalde, quien se declaró prescindente en esta contienda y dijo que la segunda vuelta era "una interna de Cambiemos", evaluó que el resultado del domingo es "un voto castigo al PRO", y que el próximo gobierno de Larreta tendrá "una legitimidad menguada". "La enorme mayoría del electorado kirchnerista entendió que debía votar contra Macri y castigarlo en su carrera nacional", señaló.
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