Por Pedro Brieger
Director de Nodal.am
Especial para "El Destape"
Las elecciones en Brasil y Uruguay cierran el año electoral en América Latina y el Caribe con varios triunfos de las corrientes progresistas de la región. Esta corriente "progresista" (en el más amplio sentido de la palabra) en aquellos países que es gobierno se ha enfrentado con fuerzas de centro-derecha y de derecha y las ha vencido desde El Salvador hasta Uruguay, pasando por Bolivia, aunque todavía falte una segunda vuelta para que Tabaré Vázquez retorne a la presidencia. Es notable que, desde que Hugo Chávez accediera al poder en 1999, todos los movimientos y partidos progresistas que lograron la presidencia se mantuvieron en el poder y ninguno fue derrotado en las urnas. Fernando Lugo en Paraguay fue derrocado por un golpe de Estado parlamentario y Manuel Zelaya en Honduras por su Congreso y la intervención de las Fuerzas Armadas, lo que ratifica justamente la consolidación por la vía democrática de las fuerzas progresistas
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Dilma Rousseff en Brasil fue reelecta presidenta y su partido, el Partido de los Trabajadores (PT) comenzará su cuarto mandato consecutivo: dos con Lula da Silva y dos con Rousseff.
Desde 2002 el PT ya ha vencido cuatro veces al PSDB, el Partido de la Social Democracia Brasileña que esta vez tuvo como candidato a Aecio Neves. A pesar de que cae el apoyo en números porcentuales el PT se consolida en el poder. En 2002 cuando asumió por primera vez Lula obtuvo el 61 por ciento de los votos y ahora Dilma el 51 por ciento. Pero no es menos cierto que en 2014 obtuvo tres millones de votos más que Aecio Neves y esa diferencia le sirvió para triunfar.
No fue fácil la campaña electoral de Dilma Rousseff. Durante la primera vuelta apareció Marina Silva como candidata a la presidencia y se construyó un escenario de victoria de Silva en segunda vuelta, aunque quedó relegada a un lejano tercer lugar. Y horas antes de las elecciones la importante revista Veja publicó en tapa las fotos de Dilma y Lula asegurando que eran cómplices de los actos de corrupción en Petrobras, el gigante petrolero, lo que motivó una enérgica respuesta de la presidenta que la acusó de "terrorismo electoral".
Es interesante que –salvo en el Distrito Federal donde está Brasilia- en la segunda vuelta el PT triunfó exactamente en los mismos Estados que en 2010, principalmente en el norte y nordeste del país, consideradas las regiones más pobres de Brasil y donde los programas de inclusión del PT tuvieron mayor alcance
Sin embargo, El PT no tiene mayoría en el Congreso. Otra vez es la primera minoría y tendrá que negociar en un Parlamento que tiene casi 30 partidos políticos para impulsar una reforma política. Dilma Rousseff ya aseguró que si el Parlamento no se lo permite apelará a un plebiscito o un referéndum. Todo un desafío para ella.
En Uruguay Tabaré Vázquez está a un paso de convertirse nuevamente en presidente y revalidar por tercera vez consecutiva los gobiernos del Frente Amplio, una de las formaciones de izquierda con mayor prestigio en América Latina.
Vázquez obtuvo casi el 48 por ciento de los votos, y no fue electo presidente porque una reforma constitucional de 1997 establece que para ganar en primera vuelta se necesita más del 50 por ciento de los votos, que sí obtuvo en 2004.
Tabaré Vázquez tuvo como principales adversarios a dos candidatos de los tradicionales partidos de la derecha uruguaya y que a su vez son hijos de presidentes: Luis Lacalle Pou del Partido Nacional que obtuvo el 30 por ciento y el Partido Colorado de Pedro Bordaberry que consiguió apenas el 12 por ciento. Los votos de ambos candidatos sumados llegan apenas al 44 por ciento, lo que hace más que probable un triunfo de Vázquez en la segunda vuelta del 30 de noviembre.
El resultado electoral también interpela a la mayoría de las encuestadoras que proyectaban unos 5 puntos de ventaja para la suma de los partidos tradicionales y la pérdida de la mayoría absoluta del Frente Amplio en el Parlamento, lo que tampoco sucedió.
No le alcanzó a Luis Lacalle Pou presentarse como un joven dinámico de 41 años para derrotar a un Frente Amplio que –pese a sus grandes dificultades de renovación- tiene propuestas más progresistas que el joven candidato conservador
Si el Frente Amplio gana en segunda vuelta se cerrará otro año electoral con triunfos de la corriente progresista de América Latina que se afianza. El presidente de Ecuador Rafael Correa sostiene que existe una "restauración conservadora" en la región. Por ahora no se manifiesta en las urnas.