La República Democrática del Congo (RDC) atraviesa una fuerte crisis por denuncias de fraude electoral en los comicios realizados en diciembre. Esas elecciones se realizaron con las máquinas que el ex ministro de Modernización, Andrés Ibarra, quiso implementar en la Argentina en 2017 y no pudo hacerlo porque el Congreso de la Nación no avaló la reforma electoral. Por eso, el fraude se trasladó de nuestro país a África.
Según pudo corroborar el Financial Times, el candidato de la oposición, Martín Fayulo, fue el real ganador de la elección, aunque se lo decretó como segundo, con 9,3 millones de votos, tres millones más de los que anunció la Comisión Electoral. En tanto, el Gobierno confirmó como ganador a Felix Tshisekedi, acusado de haber pactado con el dictador Joseph Kabila, que está al frente de la RDC desde 2001.
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Los congoleños denunciaron que el resultado electoral fue armado, que engrosaron el padrón y generaron votos falsos para mantener, en las sombras, a Kabila. Ese fraude fue posible gracias a la implementación de las máquinas de votación electrónica que Cambiemos buscó usar en las elecciones de 2017 y el Congreso no permitió.
Según publicó la Embajada Argentina en Corea del Sur, en 2016 el ministro Ibarra se reunió con funcionarios de ese Gobierno y con Kim Yong Hi, "el ex Director Electoral de Corea que después pasó a la ONG A-WEB", según detalló la especialista y titular de "Fundación Vía Libre", Beatriz Busaniche, a El Destape. "Desde ese lugar, hizo vínculo para que la empresa (surcoreana) Miru Systems vendiera sus máquinas a países en desarrollo", entre ellos la RDC. Esa persona está siendo investigada por tráfico de influencias en su país.
Si bien no está probado que el Gobierno argentino haya pagado por las máquinas de votación antes de que el Congreso debatiera la reforma electoral, "sí podemos probar que las máquinas se fabricaron para acá, según las especificaciones argentinas, por cómo están hechos los manuales en castellano y sistemas", dijo Busaniche.
Sin embargo, el Congreso descartó la reforma y, con ella, la implementación del voto electrónico. Según se pudo saber, la RDC pagó US$ 150.000 millones por 100.000 máquinas, la mitad de lo que le hubieran costado a la Argentina. Pese a que quedaron descartadas en nuestro país, un informe de la ONG estadounidense The Sentry, alertó que la tecnología usada en el Congo fue diseñada para el Gobierno argentino, en lo que sería una triangulación técnico-electoral.
En el informe de la ONG presidida por George Clooney, "Miru Sistems Co, la firma surcoreana actualmente preparada para vender a la comisión electoral del Congo un estimado de 105,000 máquinas de votación electrónica, pudo haber intentado inicialmente vender su tecnología al Gobierno argentino".
Incluso la propaganda usada en el Congo fue similar a la nuestra, "con mismas frases y discurso que el de acá: "Es fácil y rápido", cuando votaron el 30 de diciembre y tuvieron que esperar al 10 de enero para conocer el resultado", alertó Busaniche a El Destape y agregó: "Fácil y rápido para robar una elección".
Busaniche resaltó que la vulnerabilidad, en sí misma, no es de las máquinas "sino de un sistema que está corrupto y no tiene los resguardos suficientes". En el caso del Congo, graficó, "engordaron el padrón y generaron votos para esos votantes ficticios" porque "se quebró la cadena de custodia y había máquinas en las casas de los funcionarios, que emitían votos.
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Si bien en nuestro país no hay posibilidades de que este sistema se implemente para las elecciones de 2019, sí ocurrirá en algunos distritos. En Buenos Aires, por ejemplo, se debatirá el desdoblamiento de los comicios. En caso de aprobarse, también se pondrá sobre la mesa el uso del voto electrónico a cargo de Magic Sotware Argentina (MSA), que operó en las elecciones de 2015 en la Ciudad de Buenos Aires. Además, el sistema se usará en Neuquén y en Salta.
"Dijeron que era sólo una impresora, que no tenía software, que no tenía memoria, todo falso", dijo Busaniche sobre estas máquinas. De hecho, en la memoria descriptiva que presentaron ante el Instituto Nacional de la Propiedad Intelectual (INPI), MSA aseguró que "captan la voluntad del lector mediante la utilización de un dispositivo de control de operaciones remotas o teclado de un equipo televisor o de un dispositivo ad-hoc especialmente dispuesto a tal efecto". O sea, el voto se puede leer a la distancia.
Por estos motivos, incluso la embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Nikki Haley, pidió al Congo que abandone el plan de usar las máquinas e instó a Corea a no venderlas, algo que no ocurrió y el Gobierno de Cambiemos buscará implementarla en distritos clave.