"Cómo puede ser que los 400.000 venezolanos estén todos trabajando, hay algo que no suena bien", había dicho el candidato a la vicepresidencia de la Nación por el oficialismo, Miguel Ángel Pichetto, luego de que se conozcan los datos sobre la pobreza en la Argentina. Lejos de eso, los datos oficiales reflejaron que los inmigrantes del país centroamericano están altamente calificados pero no todos logran estar empleados.
Según la Dirección Nacional de Migraciones, entre 2014 y 2019 ingresaron 165.688 venezolanos al país con un alto grado de instrucción pero que, pese a ello, están en puestos de baja calificación, esperando algo mejor. Casi el 80 % está en la economía informal y el 29% está en la formalidad, según reveló un estudio realizado entre agosto y septiembre de 2019 sobre población venezolana residente en CABA y que publicó La Nación.
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De ellos, el 55% trabaja como empleado, el 25,4% lo hace de forma independiente y el 15,6% se encuentra desempleado. Además, el 70% de los ocupados manifestó tener un salario que se encuentra entre el mínimo o el doble del mínimo, o sea por debajo de la canasta básica.
Un análisis más detallado, por rama, reflejó que el 43% de los venezolanos en nuestro país se dedica al comercio; el 26% al transporte (taxis, plataformas como Uber); el 6% a la salud; 3% informática, entre otras actividades.
La Argentina no es el único destino elegido por los venezolanos. Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones, hay 4,3 millones refugiados y migrantes en el mundo, de los cuales 3.500.000 están en América latina y el Caribe.