Menos de 24 horas después de la derrota en Córdoba, el jefe de Gabinete Marcos Peña se comunicó por teléfono con Mario Negri. El lunes 13, hablaron largo acerca del nuevo rumbo que tomará Cambiemos en Córdoba, para intentar salvar la ropa en las PASO de agosto y en las generales de octubre.
En la Casa Rosada asimilaron el golpe: sumados los votos de Negri, candidato oficial de Cambiemos -aunque funcionarios nacionales como la ministra Patricia Bullrich lo nieguen-, y los del rebelde intendente cordobés Ramón Javier Mestre; llegaron al 28,72%; poco más de la mitad del 53,97% que logró Schiaretti. Sin embargo, el Presidente y Marcos Peña creen que gran porción de los votantes del PJ cordobés votarán por Mauricio Macri o la candidata que le imponga el establishment a la alianza conservadora. También saben, que en el tramo de diputados nacionales, los candidatos de Cambiemos perderán frente a los del PJ de Juan Schiaretti.
Hace sólo dos años, en 2017, cuando no se había producido el ajuste salvaje ni la devaluación fatal, el ex árbitro internacional y principal referente del PRO cordobés, Héctor “La Coneja” Baldassi logró ser reelecto en su banca de Diputados, sacándole 20 puntos de diferencia a Martín Llaryora del PJ schioarettista. El domingo pasado hubo muy pocos periodistas esperando el voto de Baldassi.
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Para el cierre de listas de las PASO de agosto faltan apenas 38 días y Macri le encomendó a Peña el rearmado de Cambiemos. Negri ya adelantó que la alianza interna con Baldassi y Luis Juez “seguirá adelante más allá de la derrota porque somos un equipo que está unido por las convicciones”.
El ex candidato a gobernador de Córdoba Cambia, la principal espada defensora de la Casa Rosada es el jefe del Interbloque de Cambiemos y este año se le vence el mandato. Lo más seguro es que Negri encabece la boleta de Cambiemos, el sello con el que volverá a jugar la alianza conservadora. Otro que está anotado y ya lanzó señales, es el concejal electo, el radical macrista Rodrigo de Loredo, quién consiguió casi 18% de los votos –duplicó los votos de Mestre en la Capital- y por los medios cordobeses ya se anotó en la escudería de la Casa Rosada: “Cambiemos es una herramienta que trasciende la lógica del territorio. Y tiene un desafío muy grande en la elección nacional. Personalmente me propongo asumir responsabilidades, incluso en la provincia de Córdoba para reconstruir Cambiemos. Lo necesitamos todos”.
De Loredo, yerno del ministro de Defensa Oscar Aguad, es un radical muy cercano al PRO y de excelente relación con el jefe de la bancada macrista, Nicolás Massot. El Destapeadelantó en exclusiva que en las últimas dos semanas de campaña, Massot que había quedado del lado de Córdoba Cambia con el PRO, el sector radical de Negri y el Frente Cívico de Luis Juez, comenzó a operar contra este último, llamando a votar a De Loredo.
En enero, el diputado pelirrojo nacido en Bahía Blanca había tensado la cuerda a tal punto que envalentonó a Ramón Javier Mestre a presentarse a internas con Mario Negri. Cuando la negociación no tuvo retorno, Massot se retiró y logró lo que buscaba: la implosión de Cambiemos Córdoba, que estaba dirigida por dos radicales. Es que el jefe de los diputados del PRO responde a Emilio Monzó, quien junto al ministro del interior Rogelio Frigerio; tienen excelentes vínculos con los gobernadores del PJ, como lo denunció Elisa Carrió en las últimas horas. En síntesis, Massot primero detonó Cambiemos, luego traicionó al sector de Negri-Baldassi-Juez y finalmente traicionó a Mestre, posibilitando que el peronista Martín Llaryora desbancara a la UCR de la Municipalidad de Córdoba.
En 2013, fue Massot el encargado junto a Monzó de armar la estructura PRO mediterránea que logró sentar en el Congreso al ex réferi Héctor Baldassi. “La Coneja”, sin embargo, el dirigente macrista con mayor caudal de votos en esta provincia está enfrentado fuertemente a Massot y la dirigencia orgánica del PRO: el diputado nacional Javier Pretto, que proviende de la UCeDe de Germán Kammerath; y el legislador Darío Capitani.
Tras el papelón del domingo pasado, Macri le ordenó a Peña que se encargue de Córdoba, desplazando a Massot. En la Casa Rosada es reconocida la enemistad del jefe de Gabinete con el jefe de los diputados macristas. Un envalentonado, pero derrotado Peña, resolvió sobre la marcha dar todo el poder a Baldassi en Córdoba, quien cuenta con una estructura mínima.
A la vez que trabajarán para instalar la candidatura de Negri a las PASO, De Loredo utilizará el 18% que sacó en la Capital para desmarcarse de Mestre y mostrarse como candidato de Cambiemos. Un dato que los lectores de la política cordobesa anotaron el domingo a la noche: mientras el intendente Mestre asumió la derrota en la tradicional Casa Radical del centro cordobés; De Loredo montó su búnker en el Espacio Quality, a cuatro kilómetros de distancia, como si no se tratara de un candidato radical.
Por el lado oficial de la Unión Cívica Radical (UCR) cordobesa, cuyo presidente es Mestre, también recogieron el guante: “Tenemos que fortalecernos en la derrota. En la victoria están todos, pero cuando perdemos, vemos quién está y quién no está. Y como dijo (Raúl) Alfonsín “si la sociedad se derechiza, la Unión Cívica Radical se tiene que preparar para perder elecciones, pero nunca puede hacerse conservadora”. Ahora nos tenemos que enfocar en la gestión, en como nos reacomodamos. Mestre dijo que desde el 10 de diciembre comenzará desde el llano”, confió a El Destape una fuente de la mesa chica mestrista. Recién la semana próxima, Confluencia Radical, el sector interno de Ramón Javier Mestre evaluará qué posición tomarán sus representantes en la Convención Nacional del radicalismo que se realizará el 27 de mayo en Parque Norte.
Aún le restan siete meses como intendente, y el traspaso no lo realizará a alguien de su mismo signo político o aliado; sino al peronista Llaryora, quién ya toreó a Mestre exigiéndole “una transición ordenada”. Los esfuerzos de Mestre se concentran en llegar con la Municipalidad ordenada hasta el 10 de diciembre.
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