Elecciones 2019: Leo Grosso pidió que "los grandes dirigentes ayuden a construir la unidad"

25 de enero, 2019 | 17.54

Leonardo Grosso arribó a la ciudad de Mar del Plata con el objetivo de “juntarse con todos” los actores políticos de la ciudad. Así fue, el diputado nacional se reunió con dirigentes del Frente Renovador, Unidad Ciudadana, el Partido Justicialista, Unidad Popular, entre otros espacios progresistas, de izquierda, sindicales y sociales.

En ese contexto, dialogó con El Destape y dejó en claro que “hay que avanzar en una confluencia entre los que pensamos distinto” para construir una alternativa al macrismo. A su vez, consideró que “los egos de los dirigentes son un escollo para la unidad” y sostuvo que “cualquier diferencia entre otros nosotros es menor que la tenemos que con el gobierno”. También opinó sobre la buena imagen de Patricia Bullrich, cuestionó la demagogia punitiva propuesta por Cambiemos para transitar el año electoral y aseguró que “Vidal piensa desdoblar las elecciones en la provincia porque Macri es un lastre”.

Te juntaste con todos los sectores políticos de la ciudad, desde el Partido Justicialista hasta Unidad Popular, ¿cuál fue el espíritu de esas reuniones?

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Es una caminata de campaña, tenemos que llamarla así porque se vienen elecciones muy importantes que pueden ser una bisagra para la historia argentina. O construimos una alternativa que le gane a este Gobierno de exclusión y pobreza o se consolida el neoliberalismo y nuestro pueblo va a sufrir mucho. Es por eso que arrancamos bien temprano la campaña bajo una consigna clara: la unidad se construye, y para construirla hay que empezar a hablar en voz alta de la unidad. Así que en cada lugar que recorremos vamos a juntarnos con todos los sectores que creemos que deben confluir, hay que pegarle un saltito más en esa idea. Lo mejor que podemos hacer es avanzar en una confluencia que es ni más ni menos que la unidad entre distintos, entre matices. Necesitamos confluencia para construir esa alternativa potente que nos permita tener un gobierno nacional, gobiernos provinciales y municipales a favor de las grandes mayorías.

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¿Cuál es el principal escollo para la unidad?

Yo soy de los que creen que la unidad viene lenta. Me parece que los principales escollos tiene que ver con los egos de los dirigentes y en la falta de iniciativa y audacia. Hay que sentarse a hablar con todos, porque la diferencia que podamos tener entre nosotros es más chica que la que tenemos con este Gobierno. Hay que partir de esa base y, como decía Perón, primero la Patria. Si nosotros somos militantes y creemos que la política es la vocación de servicio y una herramienta para transformar la realidad para que todos podamos vivir mejor, ¿por qué no nos vamos a juntar entre nosotros para frenar esto? Hace tres años que estamos denunciando la debacle generada por este Gobierno. No hay mucha vuelta que darle, no hay más que esperar, me parece que este es el año y los tiempos se acortan. La verdad que vi mucha predisposición de todos los sectores y me reuní con gente de Unidad Ciudadana, el Partido Justicialista, el Frente Renovador, organizaciones sociales, de izquierda. Todo el mundo quiere sentarse a hablar, por eso hay que empujar desde abajo. Si hay algo que nos enseñó nuestro pueblo es que la unidad se construye de abajo para arriba. Volviendo a la pregunta del escollo, muchos sectores están esperando una cumbre de grandes dirigentes que acuerden y arreglen esa unidad y, tal vez, si empujamos desde abajo eso puede acelerarse.

¿Qué rol esperas que cumpla Cristina en ese proceso? ¿Podría incorporarse Sergio Massa?

Por supuesto, yo no excluyo a nadie, a ningún sector de la oposición ni a Cristina, que es la que más caudal de votos tiene, ni a otros que tienen menos. A nadie le sobra nada y la elección del 2017 fue un ejemplo de ésto. Entonces, si a nadie le sobra nada nos necesitamos entre todos. Poner el acento en los nombres de los dirigentes genera problemas y complicaciones y confunden el debate de fondo. Los grandes dirigentes tienen que ayudar a construir la unidad.

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El gobierno arranco el año poniendo en agenda la baja de edad punibilidad y la extinción de dominio poniendo el foco en la seguridad y la corrupción como ejes de campaña. ¿Qué hay que hacer con esa agenda? ¿Se la discute o se corre el eje?

No hay que ningunear ninguna discusión, porque este Gobierno ha demostrado que cuando tiene un hueco, avanza. Hay cosas que no podemos dejar que pasen: bajar la edad punibilidad penal en un país donde - según el único dato que hay - 1 de cada 175 homicidios en Capital Federal es cometido por menores, es decir, muy poca participación en delitos graves. Mientras tanto, por otro lado vemos que más de la mitad de los niños, niñas y adolescentes, menores de 17 años, son pobres en nuestro país. Plantear ese debate es irresponsable y criminal.

Por otro lado, creo que el conjunto de la oposición tiene el desafío de construir una serie de iniciativas que, por supuesto, tiene que incluir seguridad y corrupción pero centralmente tiene que hablar de trabajo, tarifas, deuda, mercado interno, industria nacional, que son claves y ordena todo lo demás.

El kirchnerismo ha puesto mucho el foco en el rol de los medios. ¿Puede influir esta agenda que pretende discutir el gobierno en un electorado escéptico o decepcionado?

Construir la unidad no es la suma de sellos, sino que es hacernos cargo de las agendas que se fueron construyendo en nuestro pueblo, es incorporar los debates en las calles como la ley de emergencia social y barrios populares, es sumar el debate que los feminismos agregaron a partir de las movilizaciones. Hay muchas cosas que pueden construir una nueva agenda en el marco de una ofensiva de los sectores populares que nos sirve correr el eje en esta idea permanente de que los medios nos instalan temas.

¿Qué rol tiene la Iglesia en esa ofensiva de los sectores populares y que posibilidades hay de convivencia con la comunidad LGTB o los feminismos?

Creo que ya existe. A los movimiento sociales, sin la alianza con el Papa Francisco sobre la base de “Tierra, techo y trabajo”, se nos hubiese puesto mucho más cuesta arriba. Los movimientos sociales fueron protagonistas absolutos y participamos plenamente de los feminismos, nuestras compañeras organizan hace muchos años los Encuentros de Mujeres, y eso no es una contradicción en la práctica. El pueblo, tal vez, no resuelven las contradicciones sino que las cabalga y así va avanzando. Me parece que hoy no hay que poner la dicotomía ahí sino en resolver los problemas que vemos que tienen todos los sectores con los que conversamos. El problema en común de todos ellos es el gobierno de Macri, Vidal y Arroyo en Mar del Plata. Tenemos que focalizarnos en combatir a este gobierno, y todo lo que sirva de alianza tiene que ser bienvenido.

¿Qué opinas del desdoblamiento de las elecciones en la provincia?

Creo que no va a suceder en términos reales. La primera señal que tomo de la idea de desdoblamiento de Vidal es que Macri es un lastre para el Gobierno. Entonces, si trabajamos en la unidad, persuadimos a algunos mas de los ya están convencidos, podemos ganar. Lo que da cuenta Vidal es que Macri puede perjudicarla electoralmente, es una foto del fracaso de la gestión del gobierno.

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Si Macri es un lastre, ¿por qué sigue siendo competitivo en términos electorales?

Porque es un tercio castigado y nosotros somos fragmentos. Por eso el esfuerzo y la insistencia por construir la unidad. Necesitamos construir mayorías para poner al Estado al servicio de los sectores populares, el pueblo, los comerciantes y la clase media porque sino esas minorías concentradas que tiene mucho poder se apropian rápidamente de nuestra trabajo, esfuerzo y riqueza, el ejemplo fueron estos tres años de transferencia de recursos del conjunto de la sociedad a un puñado de empresas. Un ejemplo más claro de ésto son los aumentos de tarifas, cinco empresas en todo el país se llevaron la planta todos los que pagamos la luz, gas y agua sin mejorar el servicio ni invertir. Si este gobierno y el Fondo Monetario Internacional siguen manejando los destinos de la economía, vamos a terminar de vuelta en una crisis como la del 89 y el 2001, y en esas crisis los que mas sufren no son los grandes empresarios sino los que menos tienen. Hay que evitar esa situación y, si tenemos vocación de servicio y queremos transformar la Argentina, hay que poner por delante los intereses nacionales y construir la unidad para que el vecino cuando entre al cuarto oscuro tenga de un lado una boleta del PRO y del otro una sola, no cincuenta, del color que quieran pero de toda la oposición.

Como militante contra la violencia institucional, ¿por qué crees que Patricia Bullrich tiene tanta valoración?

Es lo que nosotros llamamos demagogia punitiva o populismo punitivista. El neoliberalismo genera mucha frustración, todos los días vivís un poco peor y por eso construyen un escape de esa frustración. Una de la más utilizadas en el mundo es la mano dura que te hace creer que el problema no es la política del Gobierno sino el otro, el delincuente que viene a arruinarte la vida. Te saca el foco del verdadero conflicto para que se canalice la bronca y la frustración en el eslabón mas débil, porque el ladrón es el ultimo eslabón de la cadena de problemas que se generan en el poder. En eso, Bulrrich encaja perfecto, sabe utilizarlo y es una buena comunicadora, por eso es que pelea un lugar en la fórmula presidencial. No es la única que lo ha hecho, nosotros tuvimos y tenemos dirigentes en el peronismo que plantean que la mano dura es una solución para resolver los problemas de frecuencia delictiva en el país, cuando la única política que se ha utilizado en todos los gobiernos fue agravar las penas, seguramente con matices durante el kirchnerismo. Pero en la provincia de Buenos Aires Scioli y Vidal no cambiaron mucho la política de seguridad y hace 8 años vemos que la seguridad empeora.

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