Elecciones 2019: el Gabinete que piensa Alberto Fernández si es electo Presidente

El precandidato presidencial ya comenzó a delinear su futuro equipo de gobierno que será robusto, amplio y federal.

09 de julio, 2019 | 12.53

Alberto Fernández piensa en un gabinete robusto, amplio y federal, que cumpla a la vez con un alto nivel de profesionalización y de peso político y que permita hacer frente a los desafíos, simultáneos y urgentes, que presentará el país a partir del 10 de diciembre. Así es el plan que diseña junto a sus colaboradores más cercanos, de cara a una eventual presidencia. Un equipo preparado para desactivar bombas en distintas áreas donde el candidato del Frente de Tod*s detecta situaciones de emergencia, como puede desprenderse del reciente anuncio sobre la creación de ministerios de la Mujer y de Vivienda y Hábitat en caso de llegar a la Casa Rosada. 

Desde su primera entrevista como candidato, Fernández dejó en claro que la eventual  conformación de un equipo de gobierno correrá por su cuenta. Cuenta con una experiencia exitosa como ministro coordinador junto a Néstor Kirchner, entre 2003 y 2007; y otra con menos lustre, cuando diseñó el gabinete que acompañó a Cristina Fernández de Kirchner en los primeros días de su primer mandato, y que terminó implosionando, medio año más tarde, en pleno conflicto con las patronales agrarias por las retenciones móviles. Esa experiencia le costó el puesto y una década de desencuentro político con la ex presidenta, hoy su principal socia política y compañera de fórmula.

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Además de la creación ya anticipada de ministerios para la Mujer y para la Vivienda, el candidato también dijo que en caso de alcanzar la presidencia volverá a darle rango de primer nivel a algunas carteras que fueron devaluadas por Mauricio Macri en septiembre del año pasado. Así, Salud, Ciencia y Tecnología y Trabajo volverán a ser ministerio si gana las elecciones el Frente de Tod*s. El mismo destino pueden correr las ahora secretarías de Energía, Turismo y Cultura. No debería extrañar a nadie, tampoco, si durante la campaña Fernández anunciara la puesta en marcha de nuevas áreas de esa jerarquía, como por ejemplo Juventud o Telecomunicaciones.

En lo referente a su gabinete económico, la intención es que haya un solo ministro, a diferencia de lo que propuso Mauricio Macri al comienzo de su mandato, cuando intentó dividir esa cartera para diluir su peso específico. La Cancillería, Defensa, Seguridad, Educación, Justicia, Producción y Desarrollo Social mantendrían su lugar en el organigrama, resignando las áreas que correspondan a las secretarías que recobren su status de ministerio. Es probable que el área de Obra Pública salga de la órbita de Interior, quizás para fusionarse con Transporte. Sin Obra Pública ni Vivienda, Interior volvería a convertirse en un ministerio eminentemente político y tendrá un rol clave en un eventual gobierno de Tod*s.

Aunque todavía faltan cinco meses hasta el 10 de diciembre, la danza de nombres ya comenzó. A diferencia de lo que hizo Daniel Scioli en 2015, cuando anunció su gabinete durante la campaña, Fernández no tomará decisiones antes de contar los votos. Explica que ahora sólo podría armar un gabinete con dirigentes de su espacio y que un Presidente recién electo, con la legitimidad de las urnas, puede elegir a los mejores entre un menú más amplio. Eso no significa que no vaya a hacer anuncios puntuales relacionados a lugares clave de su equipo si durante la carrera hacia la presidencia alguna circunstancia amerita hacer pública la decisión.

Hacia adentro, avisó que puede esperarse un gabinete variopinto en el que habrá lugar para los gobernadores, los sindicatos y las organizaciones sociales y políticas que apoyaron su candidatura. En ese sentido, aunque CFK no tendrá influencia en el armado, a nadie debería sorprender si en diciembre aparece un dirigente de La Cámpora jugando un rol importante en el gabinete. También habrá lugar para dirigentes que depusieron sin chistar sus ambiciones en el cierre de listas o que dieron un paso al costado de su propia precandidatura presidencial para abrirle camino. No se trata solamente de dejar a todos contentos (algo que, por otra parte, resulta imposible). Fernández sabe que necesita el apoyo de todos para poder gobernar.