En estos cuatro años, la presidencia de Mauricio Macri desmanteló el mercado interno y dejó en la banquina a una gran mayoría de los argentinos. El desempleo volvió a estar arriba del 10%, afectando especialmente a los jóvenes. Más de la mitad de la niñez hoy es pobre. Por eso, este domingo no es una elección más: se pone en juego qué Argentina queremos para las próximas décadas. Aquí los motivos para votar por la fórmula encabezada por Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
- El gobierno de Cambiemos cruzó una línea que desde hacía décadas no se traspasaba en la Argentina: son muchas y muchos los que sufren el hambre. Hay más de 15 millones de personas con problemas de inseguridad alimentaria. Alberto Fernández se puso a la cabeza del Plan Argentina Contra el Hambre, una política de Estado que convoca a todos los actores productivos, sociales, sindicales, eclesiales y académicos para garantizar que los alimentos de la canasta básica lleguen a la mesa de cada familia.
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- Uno de cada dos niñas y niños es pobre. El hambre y la malnutrición están generando que nuestros pibes tengan problemas desde el arranque en su desarrollo como personas. Pondremos en marcha una red de promotores comunitarios para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional, y facilitar la articulación de las políticas alimentarias con las políticas sanitarias y educativas.
- Hay dos índices que miro con atención mes a mes. Uno es el consumo de leche, que no para de caer y muestra la grave situación de la niñez. El otro indicador es el desempleo en los jóvenes, que hoy afecta a casi un 30%. Y esa tasa es aún más alta en las mujeres jóvenes. Avanzaremos en el derecho al primer empleo joven, impulsando la formación laboral y estableciendo exenciones impositivas a las empresas que generen empleos formales para los jóvenes.
- Un eje clave de lo que viene son las políticas de cuidado de nuestros adultos mayores y de las niñas y niños. Para avanzar en esa línea, es fundamental también cuidar a quienes cuidan, garantizando ingresos y condiciones laborales dignas.
- No hay un problema de “cultura del trabajo”: hay un problema de falta de oportunidades laborales en condiciones dignas. Queremos crear un modelo de “empalme” entre planes sociales y trabajo, facilitando que todos puedan insertarse en el mundo laboral y cobrar por su trabajo, conviviendo con ambos sistemas durante dos años. Debe complementarse con una red de tutores y de capacitación permanente.
- Los movimientos sociales son parte de la solución. Hoy le ponen el cuerpo y la cabeza a la crisis, armando redes de solidaridad en cada barrio, multiplicando lo poco que hay en merenderos y comedores. Tenemos que potenciar su trabajo, con un fuerte apoyo de la economía popular y la agricultura familiar, encarando proyectos productivos y generando centros culturales, deportivos y de atención primaria de la salud.
- Los argentinos sufrimos un endeudamiento de doble vía. A nivel macro, por el incremento de la deuda externa que generaron las políticas económicas del macrismo. A nivel micro, las economías familiares también se encuentran asfixiadas por el sobreendeudamiento, a tasas usurarias y en algunos casos con esquemas de devoluciones diarias. Generaremos un sistema de acceso al crédito no bancario, con tasas bajas, que lleve aire a las familias.
- El gobierno desfinanció la ciencia y tecnología. Vamos a convocar a todas las universidades y centros de estudios a participar del Observatorio Nacional Argentina Contra el Hambre. Necesitamos investigadores y científicos comprometidos con la calidad alimentaria y nutricional; que pongan su inteligencia y su energía en el desarrollo de tecnología aplicada para impulsar la economía social y solidaria.
- La reconstrucción se va a dar de abajo hacia arriba. Alberto Fernández nos convoca a diseñar otra Argentina, realmente federal, “para que cada punto del país pueda organizar su progreso y su desarrollo”. Vamos a trabajar codo a codo con cada gobernador y cada intendente, que son los que mejor conocen los problemas y la potencia de cada territorio.
- Macri deja una verdadera catástrofe social. La vasta mayoría de los actores productivos y sociales ha sufrido una caída muy dura en estos años. Es el tiempo de reconstruir mecanismos colectivos de movilidad social. Alberto y Cristina generan una nueva esperanza. Ahora necesitamos de las energías de todas y todos para generar un nuevo contrato social que ponga a la Argentina de pie. Y ese es el camino que vamos a recorrer a partir del 10 de diciembre.
*Diputado nacional. Ex viceministro de Desarrollo Social de la Nación.