El rechazo y la demonización de la política, principios fundamentales del evangelio neoliberal, fueron promovidos y recitados diariamente por los periodistas de la corporación mediática durante estos últimos cuatro años. A contrapelo de lo calculado por el poder, una hiperpolitización fue tomando lo social y una militancia pocas veces vista a lo largo y ancho del país se fue reproduciendo desde las bases. ”La Resistencia”, se autodenominó la fuerza social de oposición al gobierno neoliberal, que comenzó a articularse como campo popular compuesto por el Kirchnerismo, los movimientos sociales, el feminismo, autoconvocados a través de Facebook y grupos de Whatsapp, centros culturales, comedores, merenderos, jubilados y algunos gremios.
El resultado de las últimas elecciones PASO “no fue magia”, como afirmaba Cristina, sino militancia, organización, vínculos, creatividad, formación política y un deseo decido de volver, que se fue articulando en las distintas demandas del campo popular que iba conformándose.
Frente al horror de la gestión tanática que comenzó en 2015 y operó sin gradualismo hasta la devastación actual, una política de la resistencia se imponía y la organización del campo popular surgió como respuesta inmediata. “No nos morimos gracias a la seguridad informal organizada por lxs vecinxs del barrio”, afirmó Nacho Levy el 24 de agosto, en el Congreso de Salud Mental y Derechos Humanos organizado por el Colegio de Psicólogos de Rosario y la Federación de Psicólogos de la Argentina. Comentó que los compañerxs al principio cocinaban con garrafa, luego con leña y, a medida que iba creciendo el desempleo, recurrían a la basura.
El acto maestro de Cristina - la fórmula presidencial -, la aparición del libro Sinceramente, la creación del Frente de Tod@s y los resultados de las PASO, tuvieron valor de acontecimiento que cambió el mapa político y quebró todos los cálculos de los expertos. Alain Badiou, el teórico del acontecimiento, afirmó que la verdad llega, estalla y se propaga en el acontecimiento imprevisible, que es un punto donde emerge algo nuevo que no puede ser deducido de una situación sino a posteriori.
En las elecciones PASO el pueblo se pronunció y surgió la luz de la verdad ante tanta mentira oscura operada todos estos años. Se dio vuelta el tablero y la política puso en jaque al poder neoliberal.
Comienza un nuevo tiempo político: la esperanza
Una política de la esperanza implicará continuar organizando y afianzando la unidad como herramienta emancipatoria. Unidad de diferencias, capaz de desnaturalizar el odio social instalado, que no significa reconciliación ni venganza.
Supone establecer mecanismos de reparación social que suturen la destrucción generalizada realizada por el gobierno de Cambiemos. Reparar la patria, las instituciones y la gente, golpeadas sin golpe de Estado, en todos los sentidos imaginables. Restituir una política de la verdad, después de un Gobierno que desde el comienzo fue una gran fake news: hicieron creer que democracia y neoliberalismo eran posibles. Todo lo que sucedió fue tan real como una pesadilla.
Se trata de desarrollar una política de la memoria orientada por la consigna “Nunca más neoliberalismo”. Esto implica nunca más fake news, law fare, forum shopping, el “mejor equipo”, “caer en la educación pública”, “aprender a vivir en la incertidumbre”, “los pobres no llegan a la universidad”, “cambiar pasado por futuro”, “el túnel y la luz al final”, “estar en el medio del río”, mano dura, represión al pueblo, fotocopias de la corrupción, teoría Irurzun, trabajar sin paritarias, impuestos dolarizados, revolución de la alegría, gente que se muere por las bajas temperaturas, discapacitados sin pensión, jubilados sin remedios, hospitales y escuelas desmantelados, periodistas censurados y periodistas-empleados-espías. Una política de la memoria a efectos de recordar para no repetir el trauma neoliberal.
El acontecimiento, afirma Badiou, no está garantizado: su permanencia se decide por los que continúan. Queda entonces el compromiso militante como fidelidad al acontecimiento. Esto significará la insistencia en el proyecto nacional y popular, la negativa obstinada de rendirse y la decisión de custodiar la unidad como verdad emergente.