El peronismo santafesino pensó que seguía de racha. Tras ganas las elecciones provinciales, y llevar a cabo unas buenas PASO en las que le sacó 10 puntos de ventaja a Juntos por el Cambio (44,3 a 34,3%), los diferentes sectores seguramente pensaron sólo era cuestión de sostener lo construido. Pero la campaña de Mauricio Macri tras la derrota en las primarias fue feroz, y demostró ser efectiva: no solo recortó el 10%, sino que se dio el lujo de pasar por uno al PJ, por 43,5 a 42,6%.
“A nivel nacional, el Frente de Todos sacó 200 mil votos más que en las PASO. De ese total, 50 mil fueron provistos por Santa Fe”, explicaba este lunes Marcos Cleri, que encabezó la lista de diputados para marcar el aporte de la provincia a la victoria en el país. Otros apuntaban que la militancia se relajó, y que la campaña nacional no fue lo suficientemente fuerte en la provincia.
Presencia
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Ambas cosas son ciertas. Fernández pasó una sola vez en dos meses y medio por la provincia: fue a Santa Fe a participar del primer debate y luego pasó por Rosario, ciudad en la cual el oficialismo nacional achicó la diferencia de 20 puntos a 9. Tras lo que había sido el broche de oro frente al Monumento a la Bandera, para cerrar la campaña antes de las primarias, parece poco. Si bien sostuvo lo cosechado y sumó unos céntimos, poco hizo para ampliar esa base electoral.
En tanto, Macri sí reforzó su presencia en Santa Fe, con un cambio de estrategia que lo hizo embarrarse en el territorio, especialmente en las ciudades de la cuenca lechera, la capital provincial que gobierna Cambiemos hasta el 10 de diciembre, y las zonas ligadas a la explotación agroexportadora que fueron beneficiadas por el modelo nacional. En esos tres lugares, que representan toda la mitad oeste de la provincia lindante con Córdoba, a Cambiemos le fue muy bien, con cifras abultadas como las de Rafaela, ciudad natal de Perotti, donde la diferencia fue de 58,7 puntos a 30,7 para el color amarillo.
Las razones económicas también explican el fenómeno inverso. El Frente de Todos obtuvo mejores resultados en los lugares donde creció la desocupación, cerraron las empresas y se perdió poder adquisitivo: es decir Rosario, todo el cordón industrial, la franja costera del río Paraná y el norte pobre de la provincia.
Fiscales
Por otro lado, desde el PRO resaltaron la importancia de la campaña de reclutamiento y capacitación de fiscales, que fue muy intensa. En efecto, el relato dice que en los locales, los que custodiaban los votos macristas lo hicieron a cara de perro. “Tomamos todas las previsiones que no tomamos en agosto”, se jactaban desde el macrismo ante la consulta de este medio.
Los representantes del peronismo decían que los fiscales estaban “sacados”, tratando de recurrir e impugnar todo. Incluso hubo excesos: el secretario general de la Juventud PRO a nivel nacional, Paco Orell, fue demorado por la policía por intento de fraude en una mesa en la que ni siquiera era fiscal.
Los denunciantes afirman que llegó de forma patoteril y adulteró el telegrama que estaba firmado en conformidad por todas las autoridades, porque decía que no coincidían los valores de las actas. El presidente de mesa, militante de una biblioteca popular, lo denunció penalmente. Fue en una escuela de Empalme Graneros, un barrio humilde e histórico bastión del peronismo. Tuvo que pasar la noche en una comisaría y ahora afrontará un cargo federal.
Polarización
También es atinado mencionar que mientras Macri creció, otras fórmulas no competitivas se cayeron, como Roberto Lavagna, que bajó su cosecha de 13,8 a 9%. También es cierto que mucha más gente fue a votar, alrededor de 6%, y que ese voto fue casi todo a Juntos por el Cambio, porque el peronismo sumó poco.
“Se polarizó la elección. La gente la tomó como una segunda vuelta. Los que no querían que gane el peronismo buscaron voto útil, inclusive el socialismo”, declaró a El Destape Ricardo Olivera, presidente del PJ en la provincia. “Nosotros sacamos casi la misma cantidad de votos, y hubo mucha gente que fue a votar”, agregó.
Evangélicos
Por último, hubo una clave que marcó un dirigente de Cambiemos pasó desapercibida ante todos los análisis: el peso del voto celeste, precisamente el ligado a grupos evangélicos. “Se trabajó muy bien el tema de las iglesias evangélicas, y es uno de los motivos por los que no fue mucho mejor en los barrios, se hizo mucho laburo social”, contó un ladero de Federico Angelini, cabeza de lista a Diputados en Santa Fe.
El relato marca que los pastores tenían muchos referentes comprometidos en las boletas de Juan Jpsé Gómez Centurión, cuyo único leit motiv de campaña fue la oposición al derecho al aborto. Pero esa lista fue dada de baja por la Justicia Electoral por incumplir los plazos de presentación. “Al caerse la lista de diputados de NOS, el voto celeste fue a nosotros”, comentó la fuente.
Además, afirman que Norberto Carlini, el pastor que bendijo al presidente en el aeropuerto de Rosario en su última visita, es un líder que maneja multitudes. “Llena canchas de fútbol. El padre de Walter Ghione también”, relataron, en referencia al pastor que fue electo diputado provincial de Santa Fe junto a otros cinco integrantes de la nómina que encabezó Amalia Granata. Sin dudas, un fenómeno que tiene cada vez peso en política y merece un análisis riguroso.
*Nicolás Maggi es corresponsal de El Destape en Santa Fe.