Elecciones 2015: Scioli redefine su campaña para el balotaje contra Macri

17 de noviembre, 2015 | 20.50
"Nuestro plan de ruta era para ganar en primera vuelta y desde la elección del 25 de octubre venimos 'recalculando', como dice la española del GPS", explica un dirigente del entorno de Daniel Scioli respecto a la estrategia para los últimos días de la campaña para el ballotage.

El candidato del Frente para la Victoria pasó de elaborar toda velocidad una serie de propuestas dirigidas al votante de Sergio Massa a exponer crudamente las posibles consecuencias del modelo económico que pondrá en práctica Mauricio Macri en caso de llegar a la Casa Rosada. Ese fue el mensaje que buscó instalar en el debate televisivo y con el que machacará hasta el fin de la campaña, a todo o nada.

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Los gobernadores que trabajan junto a Scioli -los que anunció que formarían parte de su gobierno y con los que se reúne periódicamente para escuchar ideas-, coinciden en que en sus provincias tienen un panorama distinto al que se presentó en la primera vuelta. Aun los que ganaron fácil calculan que ahora la lista de Cambiemos subirá un mínimo de diez puntos mientras que en los lugares que el Frente para la Victoria se impuso por poco imaginan que podrían estar muy parejos o incluso perder.

Para compensar esa pérdida de diferencia en el interior entienden que Scioli debería imponerse por un mínimo de ocho puntos en la provincia de Buenos Aires, el doble de la distancia que obtuvo en la primera ronda. Un objetivo complicado, pero posible.

Obviamente, no todos coinciden en cuál es la mejor manera de conseguir esos votos. Scioli, explican, los escucha a todos y después toma lo que le parece de cada cosa. "Él es así, actúa por intuición y siempre le fue bien", explica uno de sus colaboradores. De ahí esa especie de "mix", por el que una semana parece apuntar hacia un lado y hacia otro en la siguiente.

En el equipo sciolista quedaron conformes sobre cómo salió el debate. Están convencidos de que lo ganó, pero que es poco lo que pueden hacer ante la maquinaria mediática opositora que inmediatamente salió a instalar como ganador a Macri o, en el mejor de los casos, que fue un empate.

Superada esa instancia para la que se había formado una expectativa un tanto exagerada, sólo queda gastar los últimos cartuchos en los actos que vienen. En esta ocasión, en vez del poco lucido cierre pasado en el Luna Park, la apuesta será por Mar del Plata. Una ciudad a la que Scioli tiene entre sus favoritas y que todavía no puede creer que le haya ido mal en las elecciones. "Justo a mí, que soy José Mar del Plata", rezonga a sus colaboradores.

Y los últimos cartuchos apuntarán a convencer a los trabajadores de que es muy probable que tengan que atravesar problemas serios cuando Macri ponga en marcha su plan. "Puede que vivamos en un microclima, es lógico, pero creemos de verdad que esto no está perdido. Somos peronistas y no podemos creer que trabajadores que siempre eligieron al peronismo puedan votar a Macri, que representa todo lo contrario que nuestro pensamiento.

"Si llegamos con el mensaje correcto, lo podemos dar vuelta. Todavía quedan muchos indecisos", sostiene el referente sciolista en un bar de Palermo, en medio de su aparición entre un programa de televisión y el otro. La orden que les bajaron es dar todas las entrevistas que les pidan para ver si el mensaje llega o no. Al mismo tiempo, los integrantes de la fórmula buscarán también un contacto más cercano con la gente, algo que reconocen les faltó en la campaña para la primera vuelta. "Las encuestas nos hicieron equivocar. Pensamos que con nuestros votos nos alcanzaba, ahora entendemos que tendríamos que haber hecho una campaña diferente, como si fuera para un ballotage. Esperemos que todavía estemos a tiempo", concluye.