Apertura económica, eliminación de paritarias y la salida del cepo en un día forman parte de las políticas públicas y ocultas del PRO, pero reveladas por los economistas del PRO a empresarios. En caso de ser aplicadas, algunas de estas medidas tendrán un impacto negativo en la cantidad de empleos, salarios, el tipo de cambio e incluso el crecimiento.
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La apertura y liberalización de la economía permitiría la importación de productos más económicos, debido a la existencia de mano de obra más barata en otros países. Esto destruiría a la débil industria, que intenta salir de una recesión de casi dos años, y pondría en peligro puestos de trabajo. Calculados por la Gran Makro, se perderían más de 327.000 empleos, lo que recortaría a la masa salarial en $ 56.000 millones en un año, equivalentes a una baja del 1,2% del PBI. Además, por el menor consumo el Estado dejaría de recaudar $ 17.000 millones anuales y las provincias $ 6.300 millones, en una estimación conservadora.
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El golpe más duro sobre el bolsillo viene de la mano de eliminar las paritarias. Esto perjudicaría el poder de negociación de los trabajadores, lo que tendría su correlato inmediato en la caída de poder adquisitivo de sus salarios y escasas posibilidades de obtener incrementos nominales por encima de la inflación. La caída del consumo impactaría inexorablemente sobre el nivel de actividad, el empleo y la recaudación tributaria.
Eliminar el cepo al día siguiente de asumir el mandato es una promesa de campaña de Mauricio Macri, pero que tampoco resiste un estudio detallado. Allanarle el acceso al dólar a las grandes empresas e inversores pulverizaría las reservas internacionales. De acuerdo a un análisis de Alejandro Robba, Emiliano Colombo y Nicolás Bertholet, las arcas de la autoridad monetaria se vaciarían en U$S 12.900 millones, "provocando una devaluación como mínimo del 44%". Esto generaría un círculo vicioso en el que los precios aumentarían a la par y se necesitaría un alza cada vez mayor de la divisa para competir por tipo de cambio.
Todos los precandidatos opositores al kirchbnerismo plantean aumentar el acceso a la moneda extranjera como una herramienta de ahorro, pero incluso Sergio Massa había puesto un margen superior a los tres meses para realizarlo, por las consecuencias que una liberalización tendría en la estabilidad económica y el empleo.