Elecciones 2015: ¿Qué hicieron Scioli y Macri con la educación?

11 de septiembre, 2015 | 12.38
La educación se transformó en uno de los puntos más sensibles de la actual campaña presidencial, respaldado en las numerosas encuestas que confirman que se trata de una de las principales preocupaciones o áreas de interés para los electores. Lejos de los slogans y los spots televisivos, un análisis de los distritos gobernados por los dos candidatos nacionales con mayor intención de voto deja en evidencia los respectivos lineamientos políticos en términos de educación.

Tanto Daniel Scioli al frente de la Provincia de Buenos Aires como Mauricio Macri en la Ciudad son beneficiarios pasivos del incremento presupuestario del Gobierno de la Nación en materia educativa. Sin embargo, es posible establecer una radiografía interna de cada uno de sus territorios, en diez indicadores clave, para evaluar qué desempeño logró cada administración a partir de este escenario nacional.

Para lograr este mapeo se contabilizaron datos de diferentes fuentes: la Coordinación de Costos y la Dirección Nacional de Información y Estadísticas del Ministerio de Educación de la Nación, la Dirección Nacional de Coordinación Fiscal con las Provincias del Ministerio de Economía de la Nación; la Contaduría General de la Provincia y la Dirección Provincial de Estadísticas del Ministerio de Economía bonaerense; la Dirección General de Contaduría y la Dirección de Estadísticas porteña.

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Punto por punto ¿cuáles fueron los logros y retrocesos educativos de los dos principales candidatos a presidir el país a partir del 10 de diciembre de 2015?

1) Inversión Educativa:

A nivel nacional, el financiamiento y la inversión por parte del Estado en este sector ha alcanzado niveles inéditos, principalmente a partir de la Ley de Financiamiento Educativo sancionada en 2006, que llevó el presupuesto asignado a casi el 6,5% del PBI Nacional.

En el caso de la Ciudad, este piso de 6 puntos porcentuales a nivel nacional está lejos de ser una realidad porteña. En 2007, al momento de asumir, el PRO se encontró con un presupuesto para Educación equivalente al 1.4% de su propio Producto Interno. En 2014, tras ocho años, ese número ascendió apenas a 1.7% del Producto, es decir 0,3%; aunque, naturalmente, al crecer la economía general de la Ciudad también creció el dinero asignado en términos de volumen.

Scioli, en tanto, que también arribó al gobierno en 2007, incrementó en la inversión educativa asociada al Producto propio de la Provincia de un 3.5% al 4,7% en 2014. Más de un punto porcentual, que en concreto representó para el año pasado un total de 15.301 millones de pesos acumulados destinados al sector.

Pese a la garantía mínima del 6% que rige a nivel Nacional para destinar a todo el sistema educativo, en cada distrito los niveles de asignación presupuestaria es autónoma y son sus respectivos gobiernos los que deciden cuánto dinero destinar. En el territorio bonaerense, recientemente ingresó, de hecho, un proyecto de Financiamiento Educativo Provincial que persigue, entre otros punto, fijar un piso del 6,5% del Producto provincial como obligatorio para el sector.

2) El peso de la Educación sobre el presupuesto total:

Otra de las formas posibles de analizar la centralidad que cada gobierno brinda al sector educativo es estudiar el peso relativo que el área tiene dentro de la estructura total de gastos del respectivo distrito. Es decir, cuánta plata invierte en educación un gobierno en comparación con los otros ministerios de esa gestión.

En el caso de Scioli, en 2007 la Provincia destinaba el 36.2% de su presupuesto a la política educativa, en todos sus niveles y modalidades. Al cierre de 2014, ese porcentaje había aumentado más de dos puntos, hasta lograr una participación del 38.4%.

En la Ciudad, por el contrario, la tendencia ha sido opuesta: la Educación representaba el 26.2% cuando el PRO llegó al Gobierno, y en diciembre del año pasado se situó en 21.8%. De todas formas, al ser la jurisdicción per cápita más rica del país, el dinero por habitante destinado al sector continúa siendo mayor que cualquier otro distrito.

3) Educación Privada

Uno de los indicadores que suele agitar las más viejas discusiones es cuánta plata invierte el Estado en la educación privada, a partir de asignaciones y subsidios. ¿Qué política tomó cada candidato presidencial en este segmento?

En la Ciudad, Mauricio Macri aumentó casi 5 puntos porcentuales el presupuesto total los recursos a la gestión privada, elevando del 15.8%, en 2007 al 19.6% en 2014. Esto implicó un salto de 2.103 millones de pesos acumulados en ocho años.

En la Provincia, la asignación de fondos para los privados se mantuvo casi inalterado, reduciéndose levemente del 14 al 13% al cierre de sus dos mandatos. Buenos Aires destina alrededor de 7.500 millones de pesos corrientes a la educación privada.

4) Evolución del Salario Docente:

Sin dudas es uno de los puntos más sensibles, dado que los salarios docentes determinan el clima político de cada verano, antes del inicio de clases. Aunque al interior del sector hay gran disparidad, para el análisis comparativo se suele tomar la evolución de lo que cobra un maestro de grado, con una década de antigüedad laboral, en bruto.

En las escuelas bonaerenses, el salario mínimo garantizado para 2015 cerró en unos $8.906 pesos. Ocho años atrás, un trabajador con las mismas condiciones apenas superaba los $1.300 pesos, es decir que durante su gestión, Scioli aplicó un incremento del 568%. Los maestros porteños, con idéntica antigüedad, en 2015 cobran $8.522 pesos, unos 400 por debajo que los bonaerenses. En este caso, el salto salarial en ocho años fue del 469%.

5) Inclusión educativa:

La educación es un derecho y como tal deberá alcanzarse el cumplimiento de las leyes que implican los años de obligatoriedad desde la sala de 4 años de Inicial hasta el nivel secundario completo, para lo cual, la inclusión de alumnos y alumnas continúa siendo una cuestión clave.

La demanda educativa está asociada a una cuestión demográfica y la ciudad y la provincia son bien diferentes. En la Ciudad de Buenos Aires, asistieron en el 2007 cerca de 700.000 alumnos al sistema educativo y para el año 2013 se habían incrementado en 244.358 nuevos alumnos.

En la provincia de Buenos Aires, el incremento entre el 2007 y 2013 fue de más de 1.060.000 nuevos alumnos, alcanzando para el 2013 un total de casi 5.000.000 de alumnos que asisten a los niveles y modalidades educativas.

6) Inversión por alumno público

Esta es una de las pocas variables donde la diferencia entre la Provincia y la Ciudad es relativamente menor. Se trata de la inversión por alumno de gestión estatal que realiza cada distrito y su evolución en el tiempo.

La Provincia en 2007 destinaba 3.574 pesos y en 2014 ascendió a 15.201. Es decir, que el incremento en este caso fue del 315%. La Ciudad, dado su mayor presupuesto per cápita, invertía en promedio por cada alumno que asistía a una institución pública unos 5.969 pesos en 2007. Y en 2014 ese número pegó un salto del 293%, hasta lograr los 29.733 pesos.

7) Inversión por alumno privado

Tanto en la Provincia de Buenos Aires como en la Ciudad, cuando Scioli y Macri asumieron cada distrito destinaba coincidentemente un promedio de 1.260 pesos por cada uno de estos estudiantes.

Dos mandatos después, la Ciudad invierte 6.151 pesos por alumno privado y la Provincia 5.008 en términos anualizados. Es decir que los porteños aumentaron las erogaciones a este sector en un 23% más que los bonaerenses.

8) Ampliación de la Oferta Educativa

En la Ciudad de Buenos Aires, la distribución de la oferta educativa por tipo de gestión, en 2007, definía que el 60% era de gestión estatal y el 40% de privada. Ocho años más tarde, la proporción se invirtió: El 40% es estatal y 60% privada.

En cambio, en la Provincia, en 2007 el 60% de las unidades educativas (escuelas) eran estatales y el 40% privadas, y para 2014 el 80% fue estatal y el 20% privadas, registrando un aumento de la gestión estatal en 20 puntos porcentuales.

9) Deserción Escolar

Aunque el análisis de las trayectorias educativas requiere de un estudio mucho más complejo del que puede brindar un simple indicador, suele tomarse como referencia qué sucede con los chicos en el último tramo del secundario para tener un fotografía de la problemática de la deserción y abandono escolar.

En la Provincia de Buenos Aires, la tasa de abandono en este segmento de la secundaria (que aloja a casi 600.000 chicos y chicas) disminuyó entre estos años tres puntos porcentuales, del 21 al 18%.
En la Ciudad, los niveles de abandono son menores: al 2012, se situaron en un 11%. Sin embargo, en comparación con 2007, la variabilidad fue negativa, dado que estaban un punto porcentual por debajo.

10) Sobreedad

Se da en este caso algo muy particular: ambas jurisdicciones presentan hoy números similares, con una sobreedad en el caso bonaerense del 34% y el porteño del 32%. No obstante, la trayectoria hasta llegar a este escenario fue contraria.

La Provincia en 2007 tenía una sobreedad en la secundaria del 36% (en siete años logró bajar la tasa en sólo dos puntos porcentuales) producto de la reforma implementada. Y la Ciudad, en cambio, se agudizó la sobreedad, pasando del 29% al 32%, es decir que se dio un aumento negativo de tres puntos.