El precandidato presidencial del PRO, Mauricio Macri retuvo hoy la hegemonía de los votos en la ciudad de Buenos Aires gracias al desempeño de Horacio Rodríguez Larreta, quien quedó a menos de cinco puntos del ballottage, aunque sigue sin hacer pie en el interior del país.
Con la derrota en Córdoba de la fórmula Oscar Aguad y Héctor Baldassi, construcción a cargo del PRO dentro del acuerdo con URC, el Frente Cívico y la Coalición Cívica, así como en La Rioja, donde apoyó al candidato opositor, el radical Julio Martínez, el macrismo sumó un nuevo traspié de cara a las PASO nacionales del 9 de agosto.
Macri ya venía golpeado por la derrota de Miguel del Sel en Santa Fe y, en menor medida, por los comicios salteños. Así, la previsión que a principios de año hacían los principales dirigentes macristas de instalar una "Ola Amarilla" que incluya, además de la ciudad de Buenos Aires, victorias en una o dos provincias para respaldar la candidatura nacional de Macri, hasta ahora no logró llevarlo a cabo, salvo parcialmente en el caso de Mendoza, donde acompañó a la UCR.
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En la Capital Federal, Larreta mantuvo el piso histórico de votos del partido en elecciones ejecutivas (45,6 por ciento en 2007 y 47,07 por ciento en 2011) aunque no pudo alcanzar la totalidad de los sufragios que en las PASO porteñas fueron para los dos candidatos del PRO, 47,34 por ciento.
A pesar del triunfo esquivo en las elecciones provinciales, en el PRO confían en la estadística que dice que el voto local no se traslada a nivel nacional: en el bunker instalado en Costa Salguero pusieron como ejemplo que "el voto que obtuvo en Córdoba Juan Schiaretti podría ir a Macri en las elecciones generales".
El macrismo, además y como sucedió en Mendoza con el triunfo de Alfredo Cornejo, buscará de ahora en más "pegarse" a los triunfos que obtengan candidatos del radicalismo, "porque por algo hicimos Cambiemos", reflexionó un funcionario del PRO ante esta Agencia.