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"Que se traten con respeto y cordialidad por cuanto no son enemigos, sino adversarios circunstanciales que puedan continuar dialogando y trabajando juntos para el bien común, al día siguiente de la elección. No pedimos un imposible", subrayó a través de un comunicado de la Conferencia Episcopal Argentina.
Además, demandó reconocer la "diferencia sustantiva entre el Estado y el Gobierno, y tanto más entre el Estado, los partidos y las personas".
En esa línea advirtió que los cambios de gobernantes no deben implicar "ignorar legítimos logros" de las gestiones anteriores "de manera que las legítimas iniciativas que cada nuevo candidato proponga implementar, no signifiquen hacer tierra arrasada y abandonar todo lo hecho hasta ese momento".
El texto pidió a la clase política "pensar en el largo plazo y no solamente en el rédito político inmediato", y recomendó que la elección de los gobernantes no sea resultado del "marketing".
El comunicado de la entidad religiosa también bregó por la separación de los poderes del Estado y la independencia de la Justicia: "Resulta imprescindible asegurar la independencia del Poder Judicial y la plena vigencia de la división de los poderes republicanos en el seno de la democracia".
El texto también instó a los ciudadanos a "no reducir el ejercicio democrático sólo a la cuestión electoral cada dos años, sino asumir cada día la necesaria participación ciudadana".
La Conferencia Episcopal Argentina, que preside monseñor José María Arancedo, presentó el documento "Las elecciones, exigencia de compromiso ciudadano" al término de la 170 reunión de la comisión permanente del organismo eclesiástico.