Seguramente, Mauricio Macri habrá brindado con fernet su triunfo en el balotaje ante Daniel Scioli. Es que gran parte de la victoria se la debe a la provincia de la zona central del país: con un 71,51% y más de 900 mil votos de diferencia, se convirtió en el ancho de espadas del líder del PRO, que se impuso en todo el país por 700 mil sufragios.
Asimismo, los dos candidatos pudieron ser profetas en sus tierras al imponerse en los distritos donde gobiernan: Scioli, en la provincia de Buenos Aires (51,1%); Macri, en la Ciudad (64,7%).
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La exigua diferencia entre ambos candidatos se explica por la zona central del país: Mauricio Macri ganó por 600 mil votos en la Capital Federal, por 160 mil en Mendoza, otros 200 mil en Santa Fe y la mencionada victoria cordobesa. Sorprendió, también al terminar en primer lugar en distritos históricamente peronistas, como La Rioja (56,5%), San Luis (64%) y Jujuy (53%). Inclusive, se impuso en Entre Ríos (53,8%), distrito gobernador por el FpV y que fue reelegido el 25 de octubre.
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La performance de Scioli se apoyó en viejos bastiones peronistas. Primero, la ya mencionada provincia de Buenos Aires, principalmente gracias al conurbano: se impuso en la primera sección (51,2%) y tercera (58,9%). El Norte también le dio su respaldo a Scioli, con victorias en Salta (54%), Formosa (64%), Chaco (59%), Santiago del Estero (72%), Misiones (58%) y Catamarca (53%). También hizo pata ancha en un distrito gobernado por el radicalismo, Corrientes (55%).
Empujado por su historia junto a los "pingüinos" y, tal vez, a las últimas declaraciones de Juan José Aranguren, Scioli también se hizo fuerte en la Patagonia: acumuló victorias en Neuquén (52,9%), Chubut (59%), Río Negro (62,8%), Santa Cruz (58,3%) y Tierra del Fuego (58,7%). Pero no alcanzó.
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