El reconocido veterinario Juan Enrique Romero se encargará de cuidar la salud de las mascotas del presidente Alberto Fernández, los dos perros de raza collie y una oveja, y advirtió que entre los dos canes hay peleas por la "dominancia" de la Quinta de Olivos.
"Tuve la suerte de que hace unos días el Presidente me haya convocado para atender sus afectos de cuatro patas, Dylan y Prócer", sostuvo el especialista.
En diálogo con FM Delta, el famoso veterinario contó que el mayor de los canes "se apropió del entorno: cuando llegás, te ladra, cosa que no hacía en Puerto Madero".
"Prócer es un alma libre que pulula por toda la quinta y hay que ir a buscarlo a lo largo de las 23 hectáreas", indicó el doctor Romero respecto al más pequeño de los perros de raza collie que conviven con el jefe de Estado.
Consultado sobre el cambio de entorno, ya que pasaron de un departamento en Puerto Madero a una quinta de grandes dimensiones, el veterinario explicó: "Dylan reaccionó maravillosamente bien volviendo a ser perro. Antes no cuidaba el territorio del departamento. Ahora, si vas caminando y te acercás al ámbito de la residencia, te va a ladrar. Procer empezó a tener algunas dificultades de ansiedad contenida. Es un cachorro. Vamos a tratarlo con un adiestrador y un especialista en conducta porque el cambio le ha sentado como si a un chico lo llevaras a Disney y repercute en su ansiedad".
En ese sentido, señaló que por esa ansiedad el cachorro sufre una reacción alérgica en sus patas, que está siendo tratada con una crema.
Sin embargo, no todo es felicidad en lo que hace a los canes del Presidente: "Va a haber que pensar pronto en una solución de dominancia, porque los dos son machos. Ya empezaron a trenzarse entre ellos. Entre dos machos no hay cogobierno", advirtió Romero.
Además de Dylan y Prócer, ambos de raza collie, en la Quinta de Olivos también hay una pequeña oveja blanca, bautizada Argentina y que se la obsequiaron al mandatario.
El veterinario realiza así su tercera experiencia con perros presidenciales, ya que en la década del 80 atendió un perro del radical Raúl Alfonsín y en los '90 a los 21 canes del peronista Carlos Menem.