El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva fue condenado a 12 años y 11 meses de cárcel por, supuestamente, haber recibido sobornos de constructoras y beneficiarse de las obras de reforma que esas compañías hicieron en su casa de la localidad de Atibaia, en el interior de San Paulo.
Según dictaminó la Justicia brasilera, le fue cedida por un empresario amigo de la familia en 2010. Sin embargo, el Ministerio Público Federal autorizó al empresario Fernando Bittar a vender la propiedad, porque según consta en los registros, le pertenece.
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La contradicción judicial refuerza los argumentos presentados por la defensa del ex mandatario sobre su inocencia. El proceso se encuentra pendiente de revisión en el Tribunal Regional Federal de la cuarta Región (TRF-4) para juicio en segunda instancia.
La sentencia de condena fue dictada por la jueza Gabriela Hardt, a la que acusan de haber copiado textos enteros del fallo emitido por el juez Sérgio Moro, en el caso de la casa de Guarujá.