La escritora Gabriela Margall (1977. Gran Buenos Aires) acaba de publicar bajo el sello Vergara su noveno libro: El Secreto de Jane Austen. Una novela sobre la escritora inglesa de fines de siglo XVII. La primera vez que vi un Margall fue La princesa de las pampas, sobre el escritorio de un abogado. Hombre de campo, tradicional, amante de la historia, había elegido la novela que hace ya diez años fue best-seller rompiendo cualquier prejuicio que indicara que el romántico es un género de chicas. El destape Cultura conversó con ella sobre su última obra y más.
¿Qué te motivó a escribir El secreto de Jane Austen?
Parte de un deseo mío de escribir sobre Jane Austen. Trabajé hace un año una novela histórica sobre Mariquita Sánchez y quería hacer un poco lo mismo. Conocía la biografía de Austen, la analicé y leí mucho y el problema que me encuentro, cuando hablo con la editorial, es que no hay historia que contar. Hay tan poca información sobre su vida personal que sentí que no era posible novelarla.Una película, Becoming Jane, es terrible porque le inventa un amor secreto que según las fuentes no existe. Aparte de ser escritora romántica soy historiadora, egresada de la UBA, y fui docente allímuchos años. Entonces, así como podía escribir sobre los romances que había tenido Mariquita Sánchez, con Austen no podía. O sea, se supone que tuvo un romance con un muchacho que se llamaba Tom, pero hay dos versiones en tres cartas sobre él y es una mención al pasar.Me encuentro con que no tengo material para trabajar.
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¿Y cómo lo resolvés?
Escribo una novela contemporánea.
¿Te terminás saliendo del género?
Sí, pero no del género romántico. El secreto de Jane Austen es probablemente la novela más romántica que escribí hasta ahora. Es casi una comedia romántica. Escribo una novela romántica porque lo que me pasa a mí con ella es que siento una identificación fuerte. A ella se la relaciona con la novela romántica pero en realidad es una hija tardía de la ilustración inglesa. En sus novelas el amor y la razón están ahí peleando, pero siempregana la razón. Excepto en alguna, quizá en la última, Persuasión, en la que el amor ahí ya está ocupando otro lugar, incluso es la más romántica que tiene. Yo me identificaba mucho con su formación de ilustrada, con el género de novela que escribe; porque sus novelas contienen una historia de amor pero habrá que ver si son románticas o no. Yo te diría que no. Y el sector social del que ella viene, que es una mujer desconocida de un pueblito rural de Inglaterra, que es una mujer pobre, que apenas tiene para sobrevivir, que en realidad sobrevive gracias a sus hermanos. Y yo soy de la Matanza, tengo toda esa cosa medio difícil de entender, vivo en Rafael Castillo que es una ciudad muy chica, humilde. Y todo eso a lo largo de los años me generaba una profunda empatía con Jane Austen y decido escribir una novela romántica sobre una mujer que quiere ser escritora y que la admira mucho. Entonces, a lo largo de toda la novela se va trabajando ese secreto de Austen, ese misterio del que hablaba antes. En realidad la gran pregunta es ¿Tuvo Jane Austen un amor?Bueno, Virginia Woolf dice en un ensayo sobre ellaque Persuasiónes la prueba de que efectivamente amó, de que no tuvo miedo a mostrarlo. La cita de Virginia Woolf inicia mi novela, porque yo la sigo. El tema es que como historiadora te puedo decir "no tenemos fuentes". ¿Amó a tal? Y, mirá, la intención con que escribe es la de una muchacha enamorada. Ahora, ¿tuvo con él algo? No lo sé. No hay información y de hecho la información sobre ella ha sido destruida. Su hermana Casandra se dedica destruir sus cartas, seccionarlas.
¿Percibís cierto revisionismo de su figura en la actualidad?
Hay unos trabajos sobre ella, mucho sobre "los alrededores", que era algo sobre lo que yo no quería escribir. No quería escribir ni una reescritura de sus novelas, ni inventar un romance del que no tengo pruebas. Entonces le puse el cuerpo a la protagonista, me puse yo por esa identificación.
¿Por qué elegís el género romántico?
Yo lo leía, lo conocía. Acá no había. Empecé a leer novela romántica norteamericana a los quince años. En un primer momento no me gustaban lasportadas, eran muy erotizadas las tapas, el tipo estaba casi en bolas y la mujer colgada, eso no me gustaba y a las mujeres para leer en el colectivo no les gustaba. El mercado, las editoriales, entienden eso y las reemplazan por otro tipo de portadas, que tienen que ver con la puntilla, con una mujer sola. Hoy hay mucha mujer sola en la portada de novela romántica, lo que pasa es que también apunta a la recepción. Hay una transformación. Entonces, alrededor de los quince años compré una novela, la historia de unos escoceses medievales, porque en los noventa se empieza a trabajar mucho sobre escoceses, se usaban, era un subgénero dentro de la novela romántica que se llama novela romántica escocesa y eran todos protagonistas highlanders. Esa la tuve mucho tiempo guardada en la biblioteca, escondida, porque la había comprado medio de contrabando de mi mamá porque tenía 15 años. Tiene escenas eróticas explícitas y eran los 90, no era ahora.
¿Hay alguna escena erótica en tu novela de Jane Austen?
No.
¿Es un secreto?
Sí, porque a veces baja un poco sino. Una de las condiciones es que tenga eso. Yo soy un poco rebelde y como a mí no me gusta escribir novela erótica, no escribí. Sobre todo considerando que las novelas de Austen no se tocan nada. Apenas en Persuasión hay un momento donde el protagonista toca a la protagonista y el narrador cuenta la sensación de la protagonista. Es mínimo, y cada adaptación de película de Persuasión marca ese momento porque es único en Austen, cuando el protagonista la ayuda a subir a un carruaje. Yo bromeo porque el protagonista le dice a la protagonista de mi novela: "¡No tiene nada de sexo!".
Capaz hay tanto sexo en todos lados que ahora hay un repliegue. ¿Es así? ¿Las lectoras lo manifiestan?
En este momento hay como un cansancio. Yo tengo algún contacto con lectoras y mucho Grey, demasiado Grey, está afectando.No es que no les haya gustado, les gustó. Pero las editoriales tratan de emular eso y todo lo que viene después -empiezan a aparecer novelas con mucho contenido sexual-ya les cansa.
Al final lo que uno quiere en el amor es el misterio. Si no tiene esa cosa velada no termina de gustar.
Sí, no tiene que ver con lo explícito casi pornográfico sino con el erotismo.
¿Qué opinás de quienes señalan al género romántico como conservador? ¿Es posible una novela rosa rupturista?
Sí, es conservador. Es un género conservador, apunta al final feliz, a la familia burguesa. Considerándolo como historiadora: al final feliz y la pareja casada, teniendo hijos. O sea, sería un final feliz burgués. Sobre lo de rupturista no podría decirte porque estoy dentro del género. Por ahí otro tipo de gente se tendría que dedicar a leer novela romántica y ver cómo funciona. Sí sé que a mí me gusta incorporar que la protagonista sea capaz de hacer algo. Es decir, por ejemplo, todas mis protagonistas trabajan.Desde la primera que se pone a formar una biblioteca a principios del siglo XIX, hasta la escritora que trabaja de escribir folletín, a chicas que trabajan bordando para afuera, o,por ejemplo, tengo una protagonista que es de una familia de clase alta porteña y que no necesitaría trabajar, pero ella se pone a sacar fotos. O sea, sí necesito que la protagonista haga algo, que tenga alguna actividad. Tengo protagonistas que han llegado a ser militares combatiendo a los ingleses en las invasiones inglesas.
¿El género rosa se lleva mejor con el dinero que los otros?
El género romántico se lleva mejor con el mercado. Si ganás plata o no, yo te diría que durante mucho tiempo no y ahora vivo de esto. Pero cobro normal, tengo un sueldo para vivir. No te digo que me estoy haciendo rica, pero tengo la fortuna de vivir de esto.
¿Laprofesionalización del escritor es para todo el mundo?
Creo que no, incluso con gente que tendría la capacidad de convertirse en profesional. Creo que en verdad te profesionalizás en tanto tengas el mercado. O sea, mi editorial está esperando; tengo reunión la semana que viene para ir viendo hacia dónde va mi próxima novela, cuáles son los próximos proyectos. Yo escribo para un género popular que está muy bien relacionado con el mercado.
¿Cómo definirías tu impronta, tu sello propio?
Creo que mi sello es moverme en los márgenes del género, hacerlos flexibles. El romántico tiene pautas específicas y me pregunto: ¿Qué pasa si yo muevo esta característica? Bueno, pasa esto. Hay una de mis novelas que, por ejemplo, no gusta porque moví demasiado el género. Pasa en Ojos color pampa, la de la escritora, como que no se entiende bien, es la más resistida. Distinto es lo que pasa con otra que termina mal, los protagonistas no terminan juntos, sin embargo la aman. Los que esperan la lluvia, tiene mucho éxito en los varones porque el protagonista es un muchacho. Yo pensé que no iba a funcionar y funcionó. Me gusta eso. Yo escribí dos novelas románticas clásicas con el final feliz, el erotismo, los diálogos, todo lo que quieras. Después empecé a moverme de un lado para el otro. Si no conocés el género decís"esta es una novelita romántica cualquiera", pero el lector que conoce el género y sabe exactamente lo que quiere, te va a señalar cuáles son las diferencias y yo te voy a mostrar que es ahídonde quise experimentar.
¿Por dónde entran los lectores varones a tus novelas?
Creo que entran por el lado de lo histórico. Para mí la novela romántica en Argentina es histórica. Hay algunos movimientos hacia afuera, pero mi lectura como historiadora es quecoincidecon la crisis de 2001 y con el fenómeno de Felipe Pigna, del interés por la historia. Y a partir de eso los hombres empiezan a llegar a la novela romántica y a la novela romántica histórica, específicamente. Además yo tengo alguna que otra característica, que es que no soy tan empalagosa. No soy de mucho de los te amo, te odio. O sea, en mis novelas pasan cosas. Hay un poco de Alejandro Dumas también, de las novelas de aventura que me encantan. Y mis protagonistas tampoco son esos machos musculosos, son tipos un poco más normales, son hombres.
¿Qué escritores te inspiran dentro del campo literario joven que seguís o te interesa lo que escriben?
Estoy empezando a leer a mis contemporáneos argentinos, los he leído poco, pero hasta ahora creo que el que más me gustó fue Juan Diego Incardona, "riachuelito" en Twitter, porque él es de Matanza y descubrirlo a él fue como decir: "alguien es capaz de hacer algo con eso". Algo artístico con un lugar en Argentina de donde no se espera. Y mi primer contacto con eso fue interesante y de hecho mi protagonista de esta nueva novela es una escritora de La Matanza. Actuales poco, de hecho soy historiadora así que tengo el defecto de ir al pasado, la novela contemporánea me cuesta mucho.
¿Y de la literatura en general?
Argentinos, Borges me gusta mucho, Arlt también. Me rompió la cabeza a los quince años cuando leí El Juguete rabioso. El prólogo de Los Lanzallamas para mi es el momento en que encuentro la voz de un escritor. Y Puig y Silvina Ocampo, escritores clásicos. De los argentinos Cortázar no me gusta, pero leer a Silvina Ocampo fue un descubrimiento increíble. Leer a Puig y relacionarme de otro modo con el género popular y decir: "¡Ah!, ¿Ves?¡El también hace esto con el género popular!", encontrarme con eso fue increíble. Y después, el siglo XIX: Tolstoi. Ojalá pudiera escribir novela como Tolstoi. Atraso mil años, me llevo mal con la posmodernidad, pero yo quiero escribir como Tolstoi. Jane Austen, obviamente, todo lo que es la literatura popular del siglo XIX, Julio Verne, Salgari. Los chicos, ¿no?, LouisaMayAlcott. Después hay una influencia más anterior, un libro que para mí es de cabecera, esencial, La Odisea. La Odisea es para mí el libro que me llevaría a la isla desierta. Tiene todo lo que le gustaría a la escritora porque cuenta muchas historias dentro de una y a la historiadora porque empiezo a leerlo y empiezo a recordar todo lo que sé de historia y todos los análisis que hago de eso.
Vas a los fundamentos, al Tolstoi que dice "pinta tu aldea" que es justamente lo que vos señalás de Incardona y de tu última novela en la que decís "desde acá voy a contar". Eso es lo que universaliza.
De hecho siempre escribí sobre Buenos Aires, incluso la Buenos Aires del siglo XIX y las calles de barro. Si yo escribo sobre las calles de barro no escribo sobre las calles de barro del siglo XIX, escribo sobre las calles de barro que están a la vuelta de mi casa. Hay algo de campo todavía en La Matanza, algo de ciudad pequeña, ciudad llana, de cielo, que siempre estoy recuperando. O sea si un personaje mío metió el pie en el barro, es porque yo lo metí y no lo metí en Capital. A pesar de que yo voy a Capital y recorro, sobre todo lo que es San Telmo, Monserrat. Pero sí, yo siempre digo: si hay naturaleza en mis novelas esa naturaleza es La Matanza. Esa naturaleza es el campo. Si hay un cielo, es el cielo Matanzero, no hay otro, porque es el que conozco.
Hablaste sobre lo que implica ser de La Matanza. ¿Te dicen algo sobre eso?
¿Cuál es el cliché sobre La Matanza? Los negros.
Trabajaste lo racial por ejemplo en La princesa de las pampas ¿Cómo fue y por qué?
Yo ya había trabajado un esclavo negro en Los que esperan la lluvia y me habían quedado muchas ganas de trabajar una mujer negra. Y siempre estaba esa cosa de "los negros de La matanza". Me preguntaban de dónde sos y cuando respondía Rafael Castillo: ¿Dónde queda eso? -La matanza. "¿Cómo vivís ahí? ¡está lleno de chorros, delincuentes, negros!" Es fuerte. Y yo como especializada, profesora de la universidad quizá no soy como el promedio de La Matanza pero capaz que sí. Me daba mucha bronca ese cliché. Sobre todo el de los negros de la matanza. Y quería trabajarlo con los negros esclavos y trabajarlos como protagonistas. Los negros en mis novelas son protagonistas. La protagonista de La princesa de las pampas es una mulata y el protagonista de Los que esperan la lluvia es un negro. Son protagonistas, no es que son personajes que están ahí al margen o que son personajes costumbristas, porque odio el costumbrismo. Bueno, mis personajes son intelectualizados, ahí empezamos con mis defectos, pero la mulata es protagonista hasta el final. La mulata tiene algo que hace que muchos hombres lean La princesa de las Pampas. Se ve que la describo de tal forma que les resulta muy atractiva. Me han dicho que está buenísima. Alguien me preguntó una vez ¿De veras Magdalena está tan buena? Y yo digo: Sí, es muy deseada Magdalena y tiene carácter.
Creo que ahí está la pica histórica de la que hablamos cuando hablamos del folletín y del género romántico: lo popular. Es el elitismo versus lo popular. De fondo termina siendo ese el prurito que tiene el intelectual pequeñoburgués para con...
La novelita".
La que te leen y compran todos.
En este momento es el género que tiene contacto con el público masivo.
Las mujeres hacen punta ahí. ¿Te hacés cargo de eso?
Absolutamente.