El editorialista de Clarín, Eduardo van der Kooy reveló que el Gobierno no realizará festejos ni bailes en caso de ganar las elecciones de este domingo por la inesperada aparición del cuerpo del artesano que estuvo 78 días ausente tras una fuerte represión de Gendarmería.
Además reconoció que el macrismo hubiera quedado "en una posición menos incómoda con alguna medida preventiva en el caso" y no confiar que "la desaparición de Santiago Maldonado iba a permanecer como un enigma durante mucho tiempo".
Según el periodista, el Estado debería haber separado a los jefes de aquel operativo en la ruta 40 mientras se realizaba la investigación, en lugar de entregarle a la ministra Patricia Bullrich la representación oficial en el caso que ahora tiene Germán Garavano.
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"La ministra confió en la teoría que Maldonado podía haber muerto por un puñalada durante un incidente en una feria cerca de Epuyén. Incluso convenció al gabinete. Pero las pruebas de ADN derrumbaron la esperanza. Recién entonces la ministro empezó a tomar distancia de los mandos de Gendarmería", recordó.
Además, el editorialista deslizó una posible interna entre la Gendarmería y la Policía Federal: "El punto de partida de esa pulseada habría sido la intervención de gendarmes en el nuevo peritaje sobre la muerte de Alberto Nisman. Una tesis contrapuesta al trabajo policial realizado inmediatamente después del desenlace fatal".
Durante la mañana del domingo, se notó a los funcionarios de Gobierno en un clima menos amigable que durante las PASO. El primer roce fuerte lo protagonizó Marcos Peña, cuando le preguntaron sobre el caso Maldonado durante la rueda de prensa en el Café Tortoni.