El Papa pidió ante el Capitolio no "temerle" a los extranjeros y reclamó abolir la pena de muerte

24 de septiembre, 2015 | 10.07
En un contundente discurso, donde no dudó en abordar los temas sensibles que divide a los Estados Unidos así como el drama de los refugiados, la guerra y los extremismos, Francisco hizo historia este jueves al ser el primer Papa en hablar ante el Capitolio. Y lo hizo en medio de una fuerte ovación de los legisladores, a quienes cautivó con su mensaje. En al menos seis ocasiones se pusieron de pie para aplaudir las palabras del pontífice argentino, que habló en inglés.

Ante el pleno de ambas Cámaras, el Papa volvió a referirse a la polémica sobre los inmigrantes y les recordó a los legisladores el pasado de su país. En ese sentido, lanzó una categórica frase: "No te temamos a los extranjeros porque alguna vez fuimos extranjeros".

Francisco llamó a "educar para construir una Nación que nos relacione con los otros". Dijo, en referencia a los refugiados y los inmigrantes que llegan a Estados Unidos que "No son números, son personas" y afirmó en otro tramo de su alocución: "Estoy feliz de que los Estados Unidos continúe siendo para muchos la tierra de los sueños".

Clamó abolir la pena de muerte, una condena válida en varios estados norteamericanos: "Aliento a todos aquellos que están convencidos en que una condena justa debe incluir la meta de la esperanza y la rehabilitación".

"¿Por qué vender armas? ¿Por plata empapada de sangre?", se preguntó para luego reclamar a los Estados detener el tráfico de armas.

El papa Francisco pronunció su histórico discurso en el Congreso de Estados Unidos, ante cientos de legisladores un día después reunirse con Barack Obama en la Casa Blanca y una multitudinaria acogida en las calles de Washington.

El pontífice argentino, primer líder de la Iglesia Católica en hablar en una sesión bicameral del Congreso, agradeció la invitación de los legisladores, señalando que "me gustaría pensar que lo han hecho porque también yo soy un hijo de este gran continente", lo cual le valió una fuerte ovación de los diputados y senadores.

Tras sus palabras y luego de recorrer el salón de las estatuas para visitar la del beato canonizado ayer, el misionero franciscano Junípero Serra, fue trasladado al balcón del presidente de la Cámara baja para saludar desde allí a las cerca de 50 mil personas que lo aguardan afuera.

Desde ese lugar, habló brevemente en español: dijo que los niños eran los más importantes, los bendijo, pidió "recen por mi" y a los que no son creyentes o no pueden rezas les solicitó que le deseen "cosas buenas". Cerró sus palabras pronunciando en inglés: "Dios Bendiga a América".


Inmigración en Estados Unidos y crisis de refugiados:

"Mucha gente vino a esta tierra para perseguir sus sueños de libertad. Y la gente de este continente no le tememos a los extranjeros, porque muchos de nosotros alguna vez lo fuimos. Les digo esto como un hijo de inmigrantes sabiendo que tantos de ustedes también lo son", afirmó Francisco en clara referencia, aunque sin nombrarlo, al magnate y precandidato presidencial republicano Donald Trump, quien planteó polémicas medidas para blindar la llegada de migrantes de otros países a Estados Unidos. La frase del Papa provocó una de las tantas ovaciones que dio el Parlamento estadounidense.

Además, aseguró que "los derechos de muchos de los estadounidenses no siempre se respetaron"- en referencia a los derechos civiles, y llamó a "no repetir errores y pecados del pasado" al recibir "el llamado de un extraño".

Por último, llamó a "educar a nuevas generaciones para que no le den la espalda a nuestros vecinos y a todo lo que esté a nuestros alrededor" y sentenció: "Confío en que podamos hacerlo".

Grupos extremistas:

Francisco describió que vivimos en "un escenario de conflictos atroces que se cometen incluso en nombre de Dios y en nombre de la religión" y llamó al Capitolio a estar "alertas frente a estas situaciones, con un equilibrio delicado".

En este sentido, llamó a la comunidad internacional a "avanzar en unidad" y a responder con "valentía e inteligencia". E hizo una importante advertencia, en clara referencia a todas las potencias que impulsan la guerra para combatir esos extremismos: "En el intento de liberarnos de nuestros enemigos, podemos llegar a imitar el odio de los tiranos".

Pena de muerte:

Con suma énfasis, el sumo pontífice llamó a "defender la vida en cada etapa de desarrollo", y se posicionó públicamente, en contra de la pena de muerte, que hoy es legal en 31 estados del país americano: "Respaldo el pedido de abolir la pena de muerte y les ofrezco aliento a aquellos que están convenidos que una condena justa y necesaria nunca debe excluir la misión de la esperanza y la meta de una rehabilitación".

Pobreza:

A lo largo de toda su alocución, el Papa les recordó a los legisladores que su rol es el de "combatir la pobreza" y trabajar por "el bien común", y a librar una "lucha contra el hambre constantemente", a incluir a los jóvenes en el sistema y sentencio: "Se debe tender una mano para quien más lo necesita".

"Cooperemos para el bien común; es un recurso poderoso", señaló para luego pedir "terminar con las nuevas formas de esclavitud".


Cuidado del medio ambiente:

Como se esperaba, Francisco también habló del medio ambiente, al llamar a darle un "uso adecuado a los recursos naturales". Además, llamó a la comunidad internacional a "evitar los deterioros más graves causados por la actividad humana" y aseguró: "Nos debemos una conversación sobre ello".


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