El papa Francisco condenó el lunes los asesinatos cometidos la semana pasada en París por milicianos islamistas e instó a líderes musulmanes de todo el mundo a condenar las interpretaciones fundamentalistas que intentan justificar la violencia en nombre de Dios.
"La violencia es siempre producto de una falsificación de la religión, su uso un pretexto para planes ideológicos cuyo único objetivo es el poder sobre otros", dijo el Papa.
El pontífice argentino, de 78 años, expresó sus declaraciones en una reunión anual con diplomáticos acreditados ante el Vaticano, en un discurso que se conoce como su "Estado del Mundo".
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Francisco dijo que los asesinatos en París mostraban cómo el rechazo de las creencias de otros podía "deshacer y disgregar toda la sociedad y generar violencia y muerte".
"Lo podemos comprobar lamentablemente en numerosos acontecimientos diarios, entre los cuales la trágica masacre que ha tenido lugar en París estos últimos días", agregó.
Diecisiete personas, entre ellos periodistas y policías, fueron asesinadas en tres días de violencia que comenzaron el miércoles con un ataque contra el semanario Charlie Hebdo, conocido por sus caricaturas satíricas sobre el Islam y otras religiones.
"Espero que los dirigentes religiosos, políticos e intelectuales, especialmente musulmanes, condenen cualquier interpretación fundamentalista y extremista de la religión, que pretenda justificar tales actos de violencia", dijo el Papa en una parte sobre Oriente Medio.
En los últimos meses, Francisco ha condenado a los milicianos del grupo extremista Estado Islámico que han matado o desplazado a musulmanes chiíes, cristianos y otros en Siria e Irak que no comparten su ideología.
"El fundamentalismo religioso, antes incluso de descartar a seres humanos perpetrando horrendas masacres, rechaza a Dios, relegándolo a mero pretexto ideológico", dijo el Papa a diplomáticos de unos 180 países.
En otras partes de su discurso, el Papa denunció el tráfico de personas como "execrable" y condenó la "brutalidad indescriptible" del ataque del mes pasado llevado a cabo por combatientes talibanes en el que murieron más de 130 escolares pakistaníes.
Mencionó el reciente acuerdo entre Estados Unidos y Cuba para restablecer relaciones interrumpidas hace más de medio siglo, que el Vaticano ayudó a alcanzar, como un ejemplo de cómo la diplomacia paciente y el diálogo pueden construir puentes.